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El secreto para hacer unas costillas a la miel súper sabrosas

La receta de costillas a la miel es una de esas que está pensada para aquellas personas que no tienen apenas tiempo que dedicar a la cocina, es decir sencilla y a la vez rica y sabrosa para incluso que, después de ver el resultado, se animen a pasar más tiempo en ella. Eso sí, para que se de este último detalle, que todo quede perfecto, si el ‘chef’ se lo puede permitir lo ideal es dejar macerar la carne durante varias horas en la salsa de miel, e incluso dejarla de un día para otro. Si se opta por ello y hace calor en la cocina, lo mejor es ponerla dentro de un cuenco tapado con film, meterla en la nevera, y sacarla cada una o dos horas para removerla y que los distintos ingredientes que conforman el adobo penetren por toda la carne.

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Primeros pasos

Hay que cortar las patatas en tacos grandes

Con todo listo para empezar nuestras costillas a la miel, el primer paso sería pelar los dientes de ajo y reservarlos. Con la ayuda de un pelador, se retira la piel a las patatas y se cortan en tacos grandes, para reservarlas también. Siguiendo con las preparaciones, se pelan también las zanahorias y se cortan en trozos de un tamaño aproximado al de las patatas, de este modo, la cocción de ambos ingredientes se llevará a cabo de manera uniforme. Después se ponen en el mortero los ajos, el orégano, la pimienta molida y la sal y, con la ayuda de la maza, se machacan todos los ingredientes hasta dejarlos lo más fino que podamos.