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Carmen Martínez-Bordiú: 70 años de curiosidades ocultas y secretos

Carmen Martínez-Bordiú cumple este 26 de febrero, 70 años, de secretos muy desconocidos que te vamos a desvelar. La duquesa de Franco cambia de dígitos como lo acaba de hacer su amiga del alma Isabel Preysler. Hecha una chavala, la nieta de Francisco Franco vive las mieles de la vida junto a su pareja, Timothy McKeague. McKeague es un coach australiano con el que conoció otra forma de vivir completamente a la que había llevado hasta ese momento. Aun así,  la nietísima ha tenido parejas tan diferentes que ha vivido casi tantas vidas como un gato.

Mucho creemos que conocemos de ella, pero hoy te vamos contar los datos menos conocidos de  esta mujer que ha vivido la vida a su manera.

De una boda más propia de la alfombra roja del festival de Cannes, a que: «que el mundo se olvide de mí»

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> José Campos vino a ponerle alegría macarena a la Bordiú, en una relación más que curiosa en sus inicios. Se trataba de un empresario santanderino muy de andar por casa, noble, divertido, pero algo rudo para la sofisticación de la madre de Luis Alfonso de Borbón. No se casó con Federici y sí que lo hizo con el cántabro en junio de 2006 en una boda más digna del Festival de Cannes que propia de su hijo que siempre había querido ser tan discreto. El que ‘comenzó trabajando’ en BNP Paribás y que luego entabló relación con una de las herederas más ricas del mundo, Margarita Vargas, tuvo sus idas y venidas con su madre.

No fue tan sonadas como otras diferencias familiares a golpe de plató pero haberlas, las hubo. De hecho, con 15 años siempre quiso estar al lado de su abuela materna, la que ha sido una madre para él. Tras el matrimonio con Margarita y con la llegada de los niños, la relación de madre e hijo ha sido incuestionable. Mientras Bordiú estaba encantada de hablar a golpe de talonario, su hijo siempre huía corriendo. La relación entre ellos es estupenda.

En cuanto a Campos, el matrimonio les salió rana. Negocios ruinosos, problemas económicos, aquello salió como el rosario de la aurora. En febrero de 2013 terminaron porque entonces, llegó a su vida un Don Juan con el que volvió a sorprender y luego a sufrir de amor: Luis Miguel Rodríguez, el chatarrero. De él se enamoró y sufrió de lo lindo. Llegó a decir que había sido el amor de su vida pero que él era como era. A día de hoy, disfruta de los beneficios de la meditación y el yoga en Sintra junto a última pareja y está casi desaparecida. En un exilio más que voluntario confesaba a ¡Hola!: «Solo pido que el mundo se olvide de mí«. Pues ya veremos…