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Dirty Dancing, una película marcada por muertes, miseria y accidentes

“Dirty Dancing” es una película que está en la memoria colectiva de varias generaciones. La trama conquistó los corazones de todos sus espectadores, en donde la mezcla de una historia de un amor con inolvidables bailes y una banda sonora para recordar fueron los principales protagonistas.

La historia se centra en Baby (Jennifer Grey), una joven de clase social acomodada que se enamora del profesor de baile, Johnny Castle (Patrick Swayze) que trabaja en el centro turístico en el que ella, junto a su familia, está pasando sus vacaciones. Pronto, entre ellos nacerá un amor prohibido que crece a medida que él le enseña a bailar.

 Mientras tanto, todo el mundo parece oponerse a su relación. Juntos deben descubrir el camino a una relación de confianza para salvar su amor.

A pesar del éxito que tuvo la cinta, con el pasar del tiempo se conocieron una serie de situaciones negativas que rodearon a la película durante y después de su filmación y posterior éxito.

La cirugía que acabó con la carrera de una actriz en ascenso

Jennifer Grey, protagonista de "Dirty Dancing", antes y después de la cirugía de nariz.

Posterior a la cirugía, la actriz fue diagnosticada con cáncer de tiroides, afortunadamente logró vencer esa condición. Sin embargo, todo no quedó allí, a comienzos de los 90, Jennifer Grey se sometió a una cirugía plática en su nariz, lamentablemente el resultado no fue el más esperado, puesto que cambió por completo el rostro de la recordada Baby en “Dirty Dancing”.

Desde ese momento, la carrera de la actriz de 60 años, se terminó de venir abajo.  La actriz define la experiencia como una de las peores decisiones que ha tomado en su vida:

“Entré en el quirófano como una celebridad y salí como una anónima”.

A raíz de su cirugía de nariz, la actriz dejó de recibir ofertas laborales para interpretar papeles, puesto que ya nadie la reconocía.