Los últimos escándalos protagonizados por miembros de la Casa Real han tenido un efecto muy negativo en la imagen de la monarquía. Este hecho obliga a hacer cambios. Todos deben acoplarse a la nueva situación y cumplir. Bien lo sabe doña Letizia, que ha tenido que ceder en cuanto a su manera de ejercer el cargo. Quería distanciarse totalmente del reinado de doña Sofía pero su sombra la persigue y ha conseguido atraparla.
Dos formas de reinar
Si hay algo que separa a doña Letizia de doña Sofía es su manera de entender lo que significa ser reina. La primera ve la cuestión como un funcionariado de alto nivel con sus días de descanso. Sin embargo, nada tiene que ver con la realidad. En este punto, cuando los reyes eméritos se instalaron en España tras su luna de miel, se dieron cuenta que había mucho por hacer. El título era un mero adorno que había que potenciar para que la sociedad les aceptara.
La reina Sofía pronto se implicó en causas que han tenido una gran repercusión social. Si hay algo que le gusta es ayudar. Se ha volcado con los enfermos, con los drogadictos… En fin, con los más desfavorecidos. Todo esto ha traspasado el cristal que separa a los royals del resto de los mortales y la ha convertido en la favorita del pueblo. Aun así, la reina emérita nunca baja la guardia. Sabe que el puesto hay que ganárselo todos los días.
