Kiko Hernández, colaborador de Sálvame, cuando la ocasión lo requiere, siempre nos sorprende con informaciones de lo más polémicas. Kiko, sin embargo, se ha mostrado reacio a que se hable de sus temas personales, algo muy contradictorio con el último movimiento que ha dado: Ya hemos sabido cuánto gana en su programa y hasta sus problema con hacienda.
Kiko Hernándezy su último (e inesperado) movimiento
Villa Chatín, la casa de los sueños del colaborador, que compró al salir de Gran Hermano, está a la venta. Los motivos por los que quiere deshacerse de ella es porque, según él, está llena de peligros para sus hijas. Los agujeros que rodena la casa y la piscina que no se puede cubrir, hacen que Kiko prefiera mudarse a otro lugar. «Es una casa de soltero, no para vivir con niñas pequeñas».
«Si en un año todo me va bien, iniciaré los trámites para tener un niño». Kiko se explaya y cuenta que va a repetir paternidad. Y es que, la gestación subrogada es la mejor elección del colaborador para volver a ser padre. Pero ahora, hasta que todos sus frentes se solucionen, Kiko toma como prioridad la venta de los chalets.
