«Estuve dos años y medio sin trabajar, pagaba todos los gastos y me embargaron mi casa. A partir de ahí no he levantado cabeza. No tengo medios suficientes para poder mantener a mis tres hijos«, declaraba Antonio David Flores en los juzgados de Alcobendas el pasado mes de marzo.
Honor, intimidad y propia imagen
A la querella penal en la que Rocío Carrasco solicita prisión para su exmarido, hay que añadir la interposición de demandas civiles, es decir, en las que se reclama al demandado una compensación económica con objeto de resarcir el daño y el menoscabo producido en su honor, en su intimidad y en su imagen pública.
Según el auto en el que juez observa «indicios» de alzamiento de bienes en la figura de Antonio David Flores, el excolaborador habría llevado a cabo la estrategia de declararse insolvente en 2012 para evitar pagar las costas de un juicio civil en el que el magistrado falló en favor de su exesposa, Rocío Carrasco.
Tras el cierre de la instrucción por parte del magistrado, se solicitó una nueva declaración por parte de demandante y demandado, esto es, Antonio David Flores y Rocío Carrasco deberán volver a los juzgados de Alcobendas en la que se espera sea su testimonio definitivo. 2018 se presenta, sin lugar a dudas, convulso y delicado para Antonio David Flores.
