Una de las reinas de las mañanas de la televisión ha vuelto a sorprender apareciendo con un look renovado. Lo cierto es que a lo largo de los años Ana Rosa Quintana ha ido cambiando su aspecto, y podría decirse que cada vez parece más joven.
¿Su cambio de aspecto es fruto de la magia de los cirujanos? ¿O sufre el síndrome de Benjamin Button?
Los comienzos de Ana Rosa
Ella dio sus primeros pasos en el mundo del periodismo de la mano de la radio. Allí estuvo disfrutando de sus primeros años profesionales.
Muy joven, Ana Rosa ya tenía un estilo de peinado que ha ido repitiendo en sus años de televisión. Ya se pueden apreciar unos pómulos carnosos, al igual que sus labios.
El pelo más corto en su etapa en TVE
Cuando llegó a los informativos de TVE, aun se podía ver a una Ana Rosa muy juvenil, con cara más madura, y con el pelo más corto.
Con la cara algo más redonda (a causa probablemente de su corte de pelo), continúa teniendo unos pómulos algo menos marcados y los labios menos carnosos.
La cara más ancha y primeros síntomas de papada
En 1983 se casó con el periodista Alfonso Rojo, y en una de las instantáneas tomadas durante el convite, se puede apreciar la cara de la presentadora mucho más ancha y, sobre todo, mostrando ya lo que es claramente una papada, que con el paso de los años debería de haber ido aumentando.
Más ojeras y la papada sigue ahí
El paso de los años no van nunca en vano. En el caso de Ana Rosa ha ido significando que cada vez la presentadora vaya mostrando más ojeras, con la cuencas de los ojos más marcadas, además de que la papada se ha convertido en una amiga que no la piensa abandonar.
Si nos fijamos, la nariz de la presentadora ya se ve algo más fina, lo que podría apuntar a que ya se hubiera hecho algún retoque. Mientras, sus labios y pómulos permanecen intactos.
Sinceramente Ana Rosa…
Tenemos que decirle sinceramente a Ana Rosa que ya se empieza a notar que algún retoquito que otro se podría haber hecho.
La papada, como por arte de magia, habría desaparecido de su rostro. Además, unos pómulos más prominentes marcarían también que podría haberse hecho algo.
Sabor a anestesia
Esta fotogrfía, de la época de ‘Sabor a ti’, demostraría que Ana Rosa se habría podido hinchar un poco más los pómulos y haberse marcado más el mentón, surgiendo esas líneas de expresión a los lados de su sonrisa.
Sin embargo, la vieja amiga, la papada, volvería a estar haciendo sus primeras apariciones de nuevo.
El afilamiento de la nariz
La nariz de Ana Rosa, con el paso de los años, cada vez es más estrecha. Eso apuntaría a que en esa zona de la cara podría haberse hecho algún retoque. Con la papada recolocada, podría habérsela quitado de nuevo por segunda ocasión.
El retorno de la papada, parte 3
Es ya casi su amiga, su confidente en los malos momentos. Siempre está ahí, y si crees que no la ves, ahora en un ratito aparece. Y con el paso de los años, Ana Rosa Quintana la papada ha ido viniendo y iéndose.
De nuevo, en Telecinco, la papada hace su acto de aparición. Sin embargo, también llama la atención que los pómulos están más subidos y la frente sin ninguna marca de expresión.
La papada sigue ahí, bajo los pómulos
Sin duda alguna, obra de algún cirujano han tenido que ser ese hinchamiento de pómulos desmedida. Mientras, la papada sigue en su sitio, sin que nadie la haya quitado de su lugar correspondiente. Puede ser que en esta ocasión no pueda retirársela más.
¿Dónde fue la papada?
La imagen de hace unos días prueba que la papada de Ana Rosa Quintana se ha ido a cubrir los altercados de Barcelona, porque de su cara ha desaparecido. Además, la nariz la sigue presentando más estrecha y afilada. Mientras, sus pómulos parecen algo más naturales.
Cambio de peinado
No es una operación estética (a no ser que se haya instalado un dosificador de tinte en el cráneo para que la raíz no le delate), pero el pasado miércoles todos nos sorprendió el cambio de peinado de la presentadora de Telecinco.
Con un pelo más claro, y un estilo bastante diferente al habitual, Ana Rosa presentaba como si nada. Con este estilo de peinado, la cara parece más pequeña, así como la nariz algo más afilada y los labios algo más carnosos.