Regresa la polémica al colegio Santa María de los Rosales. Otra vez doña Letizia ha vuelto a dar instrucciones que afectan a una de las áreas más delicadas para los alumnos. Y es que comer en la escuela no tiene demasiada buena prensa, y sin encima va la reina y mete cucharada en el menú, peor que peor. El resultado se traduce en un montón de damnificados entre padres y estudiantes. Te lo contamos todo a continuación.
Letizia, embajadora full time
Doña Letizia se ha tomado muy en serio su papel como Embajadora Especial de la FAO para Nutrición. Un cargo en el que fue instituida en el año 2015 y que le hizo especial ilusión. Se equivocaron quienes pensaron que la reina limitaría sus funciones como embajadora al ámbito público, pues también las lleva a la práctica en el ámbito privado, bien lo saben en el colegio Santa María de los Rosales, donde estudian Leonor y Sofía.
Cuando las niñas fueron matriculadas en el centro escolar, lo primero que interesó a la soberana fuera el tema de la alimentación. Parece que los platos incluidos en el menú del comedor escolar no fueron de su agrado. En su opinión, sobraban fritos, empanados, azúcares y harinas. En cambio, las verduras, legumbres y carne o pescados a la plancha tenían poca presencia, siempre según su real criterio.
La reina quiere hacer y deshacer
Así como jamás a doña Sofía se le ocurrió inmiscuirse en ningún ámbito escolar, su nuera sí lo ha hecho. Lo intentó tras arribar Leonor y Sofía al centro. Ya entonces propuso hacer modificaciones al menú en aras de la salud. Sin embargo, la directora de entonces le indicó que las mamás de los alumnos y alumnas tenían la entrada vetada a la cocina. Fue una forma elegante y contundente de expresar que no admitía injerencias.
Los años pasan y llegó el momento de la jubilación para la directora del Santa María de los Rosales. Su puesto fue ocupado por un caballero que ha conectado muy bien con doña Letizia. Al parecer, ambos comparten la misma opinión en cuanto a alimentación. Tras varias charlas, el director expresó que se llevarían a cabo los cambios sugeridos por la reina. De un día para otro, y sin posibilidad de apelación, las patatas fritas, los San Jacobo o los postres dulce pasaron a ser historia.
Padres y alumnos contra Letizia
Los cambios en el menú no sentaron nada bien a algunos padres, que se quejaron de que no les parecía bien que una persona decidiera por todas. Entre los alumnos, más de lo mismo. No es que nadie esté en contra de comer de forma saludable pero las cosas no pueden implantarse a gusto de uno. Además, ya entonces se comentó que los platos escogidos eran bastante espartanos. Para muestra, la ausencia total de salsas.
Doña Letizia no se conforma con cualquier cosa. En cuanto a los alimentos que se utilizan para confeccionar el menú, dejó muy claro que debían proceder del cultivo biológico. Esto hizo que el precio del comedor aumentara, otro motivo de disgusto para el resto de padres, que además de aguantar las quejas de sus hijos por lo insípido de la comida, veían incrementado el precio del recibo mensual.
La reina vuelve a meter la cuchara
En el plano de la alimentación, doña Letizia nunca tiene suficiente, al menos es lo que se desprende tras escuchar a la periodista Consuelo Font en Buenos Días, Madrid. La periodista ha enseñado el menú que actualmente se consume en el colegio al que acuden Leonor y Sofía y hay cambios. Las cosas se han complicado pues la reina ha vuelto a meter cucharada en el recetario para eliminar cosas que antes había permitido.
Doña Letizia ha decidido que el plato compuesto por huevo frito y patatas solo puede consumirse una vez al mes. La carne roja como tal tampoco tiene cabida en el menú. Se sirve ternera mezclada con cerdo o pollo en función de si se trata de albóndigas o hamburguesas. En cuanto a la pasta, solo está permitida dos veces al mes.
Azúcar cero para Leonor y Sofía
La reina ha conseguido también que un grupo de nutricionistas elabore un menú para las cenas que se les entrega a los alumnos. Sin embargo, sorprende que entre las opciones que se incluyen abunden los carbohidratos. Ciertamente, la nueva injerencia de doña Letizia en la cocina del Santa María de los Rosales ha levantado una catarata de críticas. Son bastantes los padres y madres molestos por esta cuestión. Sin embargo, nadie quiere alzar la voz por ser vos quien sois.
La rigidez que exhibe Letizia en cuestiones alimenticias es, en ocasiones, exagerada. En cierta ocasión, Leonor estaba invitada a una fiesta infantil y aprovechó un despiste de su madre para llevarse una chuchería a la boca. Inmediatamente se dio cuenta de que había infringido una de las normas sagradas impuestas por mamá. Un caballero que por allí andaba advirtió la tensa situación y se puso delante de la princesa para que pudiera acabar la chuchería sin temor a ser vista.
Los dulces, objeto de discusión entre reinas
Uno de los motivos de distanciamiento entre doña Letizia y doña Sofía es el azúcar. La reina emérita siempre lleva caramelos en el bolso y suele obsequiar con ellos a los más pequeños. Pues bien, esto habría sido observado por la reina, que inmediatamente prohibió a la reina emérita que diera caramelos a Leonor y Sofía, y mucho menos con azúcar. A la madre de don Felipe le encantan los de anís. Y no los lleva en el bolso porque sí, también porque, en ocasiones, los actos son largos y no hay posibilidad de tomar refresco alguno. En estos casos, un caramelo o un chicle son de gran ayuda.
Mientras han sido pequeñas, tanto la princesa Leonor como la infanta Sofía han hecho siempre caso de las indicaciones de mamá. Sin embargo, la heredera está a punto de cumplir trece años y entrar en la que algunos denominan como una edad difícil por los cambios físicos y psicológicos que conlleva, la adolescencia. Es entonces cuando los problemas con los padres aparecen porque ya no están los hijos dispuestos a decir a todo amén.
Leonor entra en la edad difícil
Para muchos, el 2018 tendría que haber sido el año en que Leonor hubiera debutado en Los Premios Princesa de Asturias. Sin embargo, sus padres han decidido que no. Parece que don Felipe se inclinaba por el sí porque cree que sería bueno para la heredera empezar a familiarizarse con los actos que va a tener que desempeñar a tiempo completo una vez acabe su formación. Sin embargo, el rey no ha querido insistir más en la cuestión y ha dejado que fuera su esposa quien tomara la decisión.
Doña Letizia quiere que sus hijas apuren al máximo esta época de no obligaciones institucionales. Que vivan como el resto de sus coetáneos. El problema es que Leonor no es como otras niñas de su edad. A sus padres les había pedido un teléfono móvil como regalo de cumpleaños, el próximo viernes cumple trece, y se lo han negado. La princesa quiere estar en contacto con su grupo de amigos vía datos. También ha manifestado su deseo de tener cuenta en algunas redes sociales. Don Felipe y doña Letizia ya le han dicho que se lo quite de la cabeza. Y aquí ha surgido el primer encontronazo entre padres e hijas. A este seguirán muchos más. También el rey tuvo una adolescencia difícil. No quería levantarse por la mañana, no se centraba en los estudios y don Juan Carlos estaba desesperado.
La reina Letizia siempre ha luchado porque sus hijas vivieran una infancia acorde a la de otras niñas de su edad. Quería que tuvieran una infancia feliz, lejos de la presión mediática y del ojo público. En esto siempre ha contado con el apoyo de don Felipe, que nunca se sintió cómodo por tener que desempañarse como heredero a edad temprana. Hay cambios en Zarzuela por una situación que afecta a Leonor y Sofía. Te contamos todo sobre la cuestión que le quita el sueño a doña Letizia.
Las niñas menos fotografiadas
Don Felipe y doña Letizia siempre han estado de acuerdo en preservar al máximo la infancia de sus hijas. Compartían el deseo de que Leonor y Sofía permanecieran apartadas del ojo público. De hecho, hay muy pocas imágenes de las dos hermanas en sus primeros años. Esto dio lugar a que muchos medios de comunicación dieran el título de las menos fotografiadas a la princesa Leonor y la infanta Sofía.
A pesar de que existía deseo por ver a las hermanas en público, don Felipe y doña Letizia se mantuvieron en sus trece. Nada que ver con otras de sus coetáneas, que en su infancia ya han empezado con algún pequeño acto que sirve como aprendizaje del oficio que les tocará desempeñar de forma habitual al alcanzar la mayoría de edad.
Una nueva generación de royals
Si hay algo en lo que están comprometidos y unidos don Felipe y doña Letizia es en la educación de sus hijas. Pertenecen a esa generación de royals que se implican en tareas domésticas relacionadas con los hijos que antes estaban reservadas al personal de servicio. Al rey le encantaba bañar a Leonor y Sofía cuando eran pequeñas. A la reina, leerles un cuento antes de que se durmieran. Ambos han sido muy de jugar con las niñas. Verdaderamente, las han disfrutado mucho y lo siguen haciendo.
A medida que pasan los años es difícil mantener la unión con los hijos que existe durante la infancia. Sin embargo, don Felipe y doña Letizia siempre buscan actividades en las que pueda participar toda la familia. Muchas veces se une la hija de la fallecida Érika Ortiz a los fines de semana que organizan los reyes. Carla es muy importante para la reina, también el rey la quiere mucho.
Posiciones enfrentadas
Doña Letizia y don Felipe solo han chocado en una cosa en cuanto a sus hijas y está relacionada con la posición de cada una dentro de la monarquía. Sabe bien el rey que el futuro que le espera a Leonor nada tiene que ver con el de Sofía. Mientras la primera heredará el trono, la segunda desarrollará funciones institucionales representando a la Casa Real. Sofía no podrá desempeñarse trabajando en el ámbito privado porque así lo rubricó su padre vía Decreto.
El empeño de doña Letizia para que Sofía no sienta en segundo en plano es lo que hace que esté muy pendiente de ella, como se pudo ver en el primer acto oficial de Leonor en Covadonga o en el celebrado el 12 de octubre, donde ha quedado claro que las cosas ya no volverán a ser nunca igual para estas dos hermanas inseparables.
Realidades diferentes
El desfile militar celebrado este doce de octubre ha servido para comprobar que don Felipe quiere que Leonor ejerza de heredera. A tal efecto, la princesa se ha sentado a su lado. Así quedaba compuesta la imagen de familia: Leonor, el rey, la reina y Sofía. Con este gesto, don Felipe ha querido enviar un mensaje a los que desean el fin de la monarquía vía sufragio. La institución va a tener continuidad y a tal efecto ya se está preparando a la heredera.
La reina Letizia ha estado muy pendiente de Sofía que, durante el acto, se ha mostrado más seria de lo habitual. Parecía perdida sin Leonor a su lado. Se comprende, son muy cómplices y hasta ahora han compartido las experiencias públicas. En cuanto a Leonor, se la ha visto muy cómoda y pendiente de todo lo que sucedía. Ha sido Sofía quien más ha echado de menos tener junto a ella a su hermana.
Empezó la Operación Heredera
En Zarzuela ha comenzado la Operación Heredera. Lo que significa que, a partir de ya, su camino se separa del de Sofía. Tiene que recibir preparación en ciertas materias únicamente reservadas a los príncipes y princesas que mañana reinarán. Además, el paso del tiempo marca una serie de actos a los que no acudirá su hermana porque no le corresponde. Algo similar ocurrió con las infantas Elena y Cristina en relación a Felipe.
No será este el año en que Leonor ofrecerá su primer discurso en los premios Príncipes de Asturias. Muchos apostaban a que así sería pero don Felipe quiere ir poco a poco. Todo indica que se estrenará formalmente, parlamento incluido, como princesa de Asturias al cumplir los quince años. Antes no lo considera apropiado el rey, a quien molesta sobremanera las ganas que tienen algunos y algunas por adelantar acontecimientos en la vida de su hija.
Esto es lo que hay, Sofía
A los reyes les queda una difícil papeleta por delante en cuanto a las diferencias que la monarquía marca entre sus hijas. Hasta ahora, no han hecho diferencias entre Leonor y Sofía. El mayor problema con el que se han encontrado han sido las fotos oficiales en las que solo aparecía la heredera junto a ellos. En algunas ocasiones, Sofía se quejaba y la situación se resolvía repitiendo la foto con ella y guardándola en el álbum familiar.
Sofía tiene mucho carácter. Es fácil convencerla utilizando argumentos lógicos. Sin embargo, ¿cómo explicarle que su hermana prima sobre ella, a nivel institucional, porque así lo mandan los cánones de la monarquía? ¿Cómo hacerle entender que existe un protocolo que la relega a un segundo plano? Sin duda, se comprende la preocupación de doña Letizia por esta cuestión.
Leonor, Sofía y la estrella que pesa tanto
Mientras Leonor parece absorta y extasiada contemplando lo que el futuro le espera, Sofía aún tiene que digerir el cambio que ya está aquí y que pasará a mayores con los años. A don Felipe no le preocupa demasiado esta cuestión porque asume que es algo natural. Sin embargo, debería hacer algún guiño a su hija pequeña en los actos públicos para que no se sienta tan desplazada y no focalizar toda su atención en la mayor. Ciertamente, sus ojos emanan amor, satisfacción y admiración al ver cómo se desarrolla Leonor.
Por su parte, doña Letizia arropa totalmente a Sofía para que no se sienta desplazada. En este punto, conviene que el rey ponga de su parte. Esperemos que puedan manejar una situación muy complicada y que puede ser foco de conflictos entre hermanas. Mientras Leonor puede llegar a manifestar que está cansada de llevar esa estrella que pesa tanto, Sofía desear cogerla con todas sus fuerzas.