Han pasado dieciséis años desde que Letizia contrajese matrimonio con Felipe VI, asumiendo de esa forma su papel como reina, y dejando atrás su vida como mujer soltera y también como periodista. Cotilleo.es se ha desplazado hasta el piso en el que la consorte vivió durante unos meses, y en el que posteriormente su hermana, Érika Ortiz, se suicidó. Este medio ha hablado con el nuevo dueño de esta vivienda, quien nos ha desvelado algunos detalles sobre la casa en cuestión.
Su apartamento de soltera
> La reina vivió durante algunos meses en el barrio madrileño de Valdebernardo, más concretamente en la calle Ladera de los Almendros, una urbanización que cuenta con piscina privada y una pista de tenis. Tras el auge que vivieron los vecinos en la época presumiendo de vecina monarca, todo volvió a la normalidad y la casa se convirtió de nuevo en un domicilio anónimo.
Pero, ¿qué ha sido de esa vivienda 15 años después de que Letizia se fuera de la casa en la que falleció su hermana? ¿Quién lo compró? ¿Quién vive actualmente entre las paredes que lugar el que fue durante unos meses el secreto más grande la Corona? En Cotilleo.es hemos entrado en la urbanización. Hemos conseguido ver el que en su día fue conocido como «el piso maldito» de Letizia Ortiz Rocasolano, y también hemos hablado con el nuevo propietario del mismo.
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Un nuevo comprador
135 vecinos y un total de 119 pisos forman esta histórica urbanización, en la que Letizia, y posteriormente su hermana Érika, vivieron durante una temporada. Nos situamos en una de las puertas del séptimo piso. Un hombre de unos cuarenta años de edad, nos abre la puerta y nos atiende amablemente cuando le decimos que somos periodistas. Suelo de parqué, paredes blancas, un pasillo largo y de apariencia más bien pequeña. Así percibimos la esencia de la vivienda.
«Cuando compré esta casa, hace más o menos un año, yo ya sabía que había vivido aquí la reina Letizia, y también conocía la historia de su hermana. No me da ningún morbo y no es algo que me quite el sueño porque tengo problemas más importantes», asegura el propietario, que a su vez afirma que no ha hecho ninguna reforma en la casa desde que decidiera hipotecarse. ¿Qué precio tiene la vivienda en la actualidad? ¿Cómo es la distribución del interior del apartamento? Te lo contamos más adelante.
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El piso está valorado en unos 300.000 euros
> Unos meses después de morir Érika Órtiz (2007), hermana de la consorte, el piso de la calle Ladera de los Almendros colgó el cartel de vendido. Los compradores reformaron parte del piso, por el que en su momento pagaron 190.000 euros, y en el que han estado viviendo hasta el pasado 2018, un total de diez años.
Pero parece que los problemas y las diferencias entre la pareja de compradores provocaron que ambos vendiesen el piso al actual propietario, quien nos ha confesado que la vivienda cuenta con unos 80 m2 (70 útiles), y dispone de dos habitaciones, salón, cocina y un baño. Pese a que no ha querido decirnos la cantidad exacta por la que compró el inmueble, este digital ha consultado fuentes inmobiliarias, quienes afirman que estaría valorado entre 300.000 y 350.000 euros.
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Hablan los vecinos
> La consorte carga desde hace tiempo con el sambenito de mujer fría y cortante. Si bien algunos pueden pensar que adquirió este carácter a raíz de su relación con Felipe VI, lo cierto es que doña Letizia nunca fue la más simpática del lugar. Al menos, así lo aseguran los residentes que coincidieron con ella cuando tiempo ha vivía en su piso de soltera, ubicado al sur de Madrid. “Era agradable, pero al mismo tiempo distante. Dudo que tuviera amigos en el vecindario”, asegura uno de los propietarios con los que Cotilleo.es ha podido hablar en exclusiva. Al parecer, Ortiz se dejaba ver poco por las zonas comunes y apenas entabló contacto con otros vecinos. “La habré visto una o dos veces en la piscina”, confirma una inquilina.
Por lo visto, era su madre, Paloma Rocasolano, quien más agradable se mostraba con los residentes cada vez que visitaba a su otra hija, Érika Ortiz, que se quedó con el piso de Letizia cuando se mudó a Zarzuela. “A la que más he visto por aquí es a su madre, con la hija de Érika (Carla). Venía mucho de visita. Era una mujer encantadora, se portaba con los vecinos estupendamente. En el ascensor hablábamos del tiempo”, nos confirma en exclusiva una de las vecinas que vivió a escasos metros de la reina. Nuestras fuentes tampoco se han mordido la lengua a la hora de hablar sobre los primeros encuentros entre Ortiz y Felipe VI, que se produjeron en aquel piso de 80 metros cuadrados.
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Encuentros íntimos entre Felipe y Letizia
> Sus primeras citas se produjeron entre las cuatro paredes del apartamento de soltera de la reina. En aquel momento, doña Letizia todavía disfrutaba de la privacidad que le otorgaba el anonimato, pero don Felipe, conocido desde el día de su nacimiento, tenía que ingeniárselas como pudiese para pasar desapercibido ante el vecindario. Años más tarde, los residentes han atado cabos y creen que han descubierto el modus operandi que el rey usaba para llegar a casa de Ortiz sin ser visto. Muchos aseguran que, en aquella época, coincidían con frecuencia con un hombre misterioso que nunca se quitaba el casco de la moto de la cabeza. Al parecer, era un tipo corpulento y alto que encaja con la descripción del soberano. “También dicen que entraba por la terraza”, añade una de las vecinas con las que Cotilleo.es ha podido hablar en exclusiva.
Aun así, los residentes tenían un truco infalible para saber el momento exacto en el que don Felipe llegaba al edificio. “Había problemas con los teléfonos y las puertas del garaje porque ponían inhibidores cuando él venía. Era algo normal, por cuestiones de seguridad”, explica una vecina, en exclusiva para este portal. Queda claro que el equipo de Zarzuela ponía enormes empeños en preservar la intimidad del entonces príncipe de Asturias y su pareja, pero no han podido evitar que, años más tarde, algunos residentes aireen los trapos sucios sobre uno de los temas más escabrosos que salpicaron a la Corona: el suicidio de Érika Ortiz, que se produjo en la misma vivienda de la que estamos hablando. Algunos dudan de que se quitara la vida de forma voluntaria.