Gerard Piqué y la palabra polémica van unidos de la mano. Es como si el futbolista viviera deseando ser noticia o, en cualquier caso, como si no le importara serlo. Es lo que se deduce después de ver que en los últimos tiempos vive en una auténtica montaña rusa de escándalos. Desde sus incontables enfrentamientos por sus supuestas aspiraciones independentistas hasta el injustificable empujón a una periodista que, apostada en el aeropuerto de El Prat, le preguntó por la salud de sus hijos.

Pero Gerard hace caso omiso a las críticas. No parece muy afectado ante los comentarios de quienes le ponen en constante tela de juicio. Pero tampoco parece preocuparle demasiado saltarse las normas de tráfico. Esta revista ha podido comprobar, en exclusiva, como el catalán ha incumplido las estrictas directrices circulatorias al saltarse una línea continua para hacer un cambio de sentido en una de las arterias principales de la Ciudad Condal.

Piqué, que intentó así dar esquinazo a los reporteros gráficos, no tuvo inconveniente en poner en riesgo la seguridad de sus acompañantes y, mucho más, de quienes circulaban en sentido contrario. Un riesgo innecesario que, en alguien con proyección pública, supone un mal ejemplo. ¿Le habrán sancionado por esta grave infracción?

Está claro que a Gerard Piqué no le preocupa demasiado que su flamante Audi, con el que se suele mover por Barcelona, sea el centro de todas las miradas. Incluso de las de los radares que podrían haber inmortalizado su infracción que podría acabar en multa y en pérdida de unos cuantos puntos del carnet de conducir. Lo que está claro es que el catalán hizo todo lo posible -incluso poniendo en riesgo su integridad y la de sus acompañantes- para intentar dar la espalda a los reporteros gráficos y conseguir llegar a su destino lejos de los fotógrafos.

Está claro que a Gerard Piqué no le preocupa demasiado que su flamante Audi, con el que se suele mover por Barcelona, sea el centro de todas las miradas. Incluso de las de los radares que podrían haber inmortalizado su infracción que podría acabar en multa y en pérdida de unos cuantos puntos del carnet de conducir. Lo que está claro es que el catalán hizo todo lo posible -incluso poniendo en riesgo su integridad y la de sus acompañantes- para intentar dar la espalda a los reporteros gráficos y conseguir llegar a su destino lejos de los fotógrafos.

Está claro que a Gerard Piqué no le preocupa demasiado que su flamante Audi, con el que se suele mover por Barcelona, sea el centro de todas las miradas. Incluso de las de los radares que podrían haber inmortalizado su infracción que podría acabar en multa y en pérdida de unos cuantos puntos del carnet de conducir. Lo que está claro es que el catalán hizo todo lo posible -incluso poniendo en riesgo su integridad y la de sus acompañantes- para intentar dar la espalda a los reporteros gráficos y conseguir llegar a su destino lejos de los fotógrafos.

Está claro que a Gerard Piqué no le preocupa demasiado que su flamante Audi, con el que se suele mover por Barcelona, sea el centro de todas las miradas. Incluso de las de los radares que podrían haber inmortalizado su infracción que podría acabar en multa y en pérdida de unos cuantos puntos del carnet de conducir. Lo que está claro es que el catalán hizo todo lo posible -incluso poniendo en riesgo su integridad y la de sus acompañantes- para intentar dar la espalda a los reporteros gráficos y conseguir llegar a su destino lejos de los fotógrafos.

Está claro que a Gerard Piqué no le preocupa demasiado que su flamante Audi, con el que se suele mover por Barcelona, sea el centro de todas las miradas. Incluso de las de los radares que podrían haber inmortalizado su infracción que podría acabar en multa y en pérdida de unos cuantos puntos del carnet de conducir. Lo que está claro es que el catalán hizo todo lo posible -incluso poniendo en riesgo su integridad y la de sus acompañantes- para intentar dar la espalda a los reporteros gráficos y conseguir llegar a su destino lejos de los fotógrafos.

Está claro que a Gerard Piqué no le preocupa demasiado que su flamante Audi, con el que se suele mover por Barcelona, sea el centro de todas las miradas. Incluso de las de los radares que podrían haber inmortalizado su infracción que podría acabar en multa y en pérdida de unos cuantos puntos del carnet de conducir. Lo que está claro es que el catalán hizo todo lo posible -incluso poniendo en riesgo su integridad y la de sus acompañantes- para intentar dar la espalda a los reporteros gráficos y conseguir llegar a su destino lejos de los fotógrafos.

Está claro que a Gerard Piqué no le preocupa demasiado que su flamante Audi, con el que se suele mover por Barcelona, sea el centro de todas las miradas. Incluso de las de los radares que podrían haber inmortalizado su infracción que podría acabar en multa y en pérdida de unos cuantos puntos del carnet de conducir. Lo que está claro es que el catalán hizo todo lo posible -incluso poniendo en riesgo su integridad y la de sus acompañantes- para intentar dar la espalda a los reporteros gráficos y conseguir llegar a su destino lejos de los fotógrafos.


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Carlos de Inglaterra nunca ha sido lo que llamaríamos un hombre fuerte. Muy sensible y dado a la ensoñación, el mayor de los hijos de la soberana inglesa ha dado más de un disgusto a sus padres. La sombra de su madre ha sido muy alargada y ha conseguido engullirlo. Aunque jamás lo ha manifestado públicamente, los gestos de Isabel de Inglaterra han mostrado claramente que no confía en él para sucederla. De hecho, ha llegado a filtrarse que su favorito para estas lides es su nieto Guillermo, a quien considera un joven responsable y comprometido con la monarquía. Tan solo hay que ver que el número de actos del duque de Cambridge es superior al de su padre.








































