En su primer permiso después de permanecer un año y medio en prisión, Iñaki Urdangarín ha captado la atención de todo aquel que se le ha encontrado. Pero, sin duda, el gran momentazo lo ha vivido en misa junto a su mujer, la infanta Cristina. Tanto ha sido el revuelo que ha causado el exduque de Palma, que el sacerdote se ha visto obligado a intervenir. Te contamos todos los detalles, a continuación.
Un preso polémico
> El pasado 24 de diciembre, Urdangarín abandonó la Cárcel de Brieva sobre las 08:40 de la mañana, para regresar cuatro días después a la misma hora. El marido de doña Cristina de Borbón ha disfrutado de su primer permiso penitenciario tras haber cumplido una cuarta parte de su conde a cinco años y diez meses de prisión por su implicación en el Caso Nóos. Todo el mundo esperaba expectante para comprobar de primera mano cómo serían los primeros días de libertad del preso más famoso de nuestro país, y la duda que más interés generaba caía sobre la figura de la infanta: ¿lo acompañaría a Vitoria o preferiría mantenerse al margen de esta polémica aparición?
Finalmente, la ex duquesa de Palma se dejó ver con su esposo en el País Vasco. Aparentemente, se trata de una idílica estampa, pero la imagen que circula por todos los medios no ha sentado del todo bien en Zarzuela. Sea como fuere, el caso es que Urdangarín ha protagonizado varios momentos clave durante su paso por Barcelona. Uno de ellos en el interior de la Sagrada Familia. Te desvelamos los detalles en la siguienten página.
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El momento apoteósico de Urdangarín en misa
> «El momento de darse la paz en misa fue apoteósico por la gran cantidad de feligreses que querían darle la mano. El sacerdote tuvo que llamar al orden», cuenta la periodista Pilar Eyre en la revista Lecturas. Si bien es cierto que a su entrada apenas hubo revuelo, exceptuando por algunos saludos y curiosos que querían ver de cerca al preso, el momento de darse la paz fue totalmente diferente.
«Iñaki, muy emocionado, besó a su mujer y a su madre. Después lo hizo con sus hijos, hermanos y sobrinos, y de los bancos de atrás se tendieron manos, de los de delante también, e icluso algunos feligreses atravesaron el pasillo central para darle un abrazo», cuenta la comunicadora. Al parecer el acto, que normalmente no dura más de treinta segundos, se alargó hasta el punto de que el sacerdote tuvo que intervenir y «llamar al orden». Pero toda esta felicidad se ha visto empañada por su vuelta a Brieva, donde continúa aislado en prisión.
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La dura vuelta a prisión
> El exduque de Palma se encuentra desde la tarde de este sábado en Brieva, Ávila, para continuar cumpliendo su condena de cinco años y diez meses de duración. El viaje de vuelta lo hizo desde Vitoria y en compañía de su mujer, que fue la encargada de conducir durante los 400 km. Ambos aprovecharon para pasar juntos el máximo tiempo posible, hasta que Urdangarín de Palma solicite el próximo mes de enero un tercer grado, con el que cambiará sus condiciones de forma radical.
Una vuelta a la dura realidad que no será nada fácil para el ex jugador de balombano, ya que, por primera vez en año y medio ha podido disfrutar de la compañía de toda su familia lejos de las rejas de Brieva. Eso sí, la infanta y sus hijos se han armado de fuerzas para esperar con energía y ganas la próxima salida del yerno del cuñado del rey Felipe.
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La infanta Cristina le planta cara a Felipe VI
> La última aparición de la infanta Cristina y Urdangarín, condenado por su implicación en el Caso Nóos, no habrá sentado nada bien al rey Felipe VI. Fue él quien tomó la decisión de apartar a sus hermanas de la Corona, para intentar limpiar así la imagen de la monarquía. Desde entonces, la relación entre el soberano y las infantas es bastante complicada, especialmente con doña Cristina de Borbón. En este sentido, doña Letizia juega un papel fundamental. Fuentes cercanas a Zarzuela aseguran que la consorte influyó mucho a la hora de condenar al ostracismo a las hijas de don Juan Carlos y doña Sofía, motivada en parta por la animadversión que siente hacia ellas.
Todos los cronistas reales coinciden en que Ortiz no traga a sus cuñadas, y por lo visto ha contagiado esta inquina a su marido. Así, cabe esperar que desde Zarzuela habrán dado un toque de atención a la ex duquesa de Palma por dejarse ver junto a su esposo ante los medios. Ya pasó hace pocos días con la duquesa de Lugo. Desde Palacio le cantaron las cuarenta por culpa de la actitud de su hija, Victoria Federica de Marichalar.