Parecía que las cosas empezaban a irle medianamente mejor, pero los últimos acontecimientos lo han tirado todo por la borda. Iñaki Urdangarín atraviesa por uno de sus peores momentos, solo y aislado, más alejado que nunca de sus seres queridos. ¿Quieres conocer más detalles? Sigue leyendo, te lo contamos todo a continuación.
Luz al final del túnel
> Mucho ha llovido desde aquel 18 de junio de 2018 en el que Urdangarín entró a la Cárcel de Brieva para cumplir su condena de cinco años y diez meses de prisión por su implicación en el Caso Nóos. Él mismo escogió aquella prisión de mujeres, a sabiendas de que sería internado en un módulo de aislamiento. La privación de libertad se hace especialmente dura cuando se lleva en soledad, sin nadie cerca con quien compartir los pensamientos más angustiosos. Pero el marido de doña Elena de Borbón empezó ver luz al final del túnel.
El pasado septiembre se le permitió presar servicios de voluntariado en el Hogar Don Orione, al que acudía tres veces a la semana. Fue su primera toma de contacto con el mundo allende la prisión tras su ingreso. Pero la verdadera celebración estaba a punto de llegar. Urdangarín rozaba con la yema de sus dedos el reglamento 100.2, que le concedería dos fines de semana de libertad al mes. Por desgracia, los últimos acontecimientos lo han sumido de nuevo en una situación verdaderamente dramática. ¿Quieres conocer más detalles? Sigue leyendo, te lo contamos todo en la página siguiente.
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El mayor drama de Iñaki Urdangarín
> La crisis del coronavirus no solo ha obligado a todos los ciudadanos en sus hogares, sino que también ha paralizado todos los permisos carcelarios. Además, se han suspendido también las visitas de forma provisional. Esta situación excepcional ha provocado que Urdangarín retroceda varios pasos en su camino hacia la libertad, y su realidad es mucho más dura, incluso, que al principio de su encarcelamiento. El cuñado de Felipe VI está más lejos que nunca de su familia. Recordemos que la infanta Elena y sus hijos residen en Ginebra, y Suiza también ha decretado la cuarentena obligatoria para todos sus ciudadanos. No pueden salir del país.
Tan solo les queda el contacto telefónico, limitado siempre por el reglamento de la prisión. Como al principio, Urdangarín vuelve a sentir el frío de la soledad y el aislamiento. Los días se convierten en semanas, y las semanas en meses. Para colmo, ni tan siquiera puede recibir la visita de sus amigos o familiares que todavía residen en España. Más que nunca, la Prisión de Brieva se ha cerrado a cal y canto.
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La infanta Cristina implora perdón
> Pero no es Urdangarín el único que sufre con toda esta situación. Su esposa lo ha acompañado en su pena durante todos estos años, y también lo echa de menos. Es más que probable que se enfrenten al periodo más largo que han estado si verse, sin tocarse, sin hablar frente a frente. Además, este varapalo ha llegado a doña Cristina en medio de una brutal crisis familiar que ha enfrentado como nunca a los Borbones. Los escándalos económicos de Juan Carlos obligaron a su hijo, el rey Felipe VI, a retirarle su asignación presupuestaria y a desligarlo de la Corona. Así, se han abierto dos frentes bien diferenciados: los que apoyan al jefe de Estado, es decir, Letizia; y los que se posicionan junto al emérito: las infantas.
Doña Cristina imploró a su padre que tuviera clemencia con Urdangarín y que aprovechara su extensa red de contactos para encontrarle un empleo en el extranjero cuando abandonara la Prisión de Brieva de forma definitiva. Ahora que ambos se encuentran en una situación similar, repudiados por la Corona, la infanta alberga la esperanza de que su padre pueda ayudar a su marido a rehacer su vida tras recuperar la libertad.
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Estalla la guerra contra Letizia
> No son pocos los que culpan a la reina de haber llegado a esta situación límite. Por lo visto, fue ella quien presionó a Felipe para que tomara la decisión de renegar públicamente de su padre. Juan Carlos y su núcleo más cercano se lo han tomado como algo personal, y por lo visto no están dispuestos a pasarlo por alto. Tal y como apuntan desde Periodista Digital, el emérito y su séquito están organizando un plan de venganza contra Letizia. El objetivo es sacar a la luz pruebas y documentos que demuestran que su matrimonio con el jefe de Estado hace agua desde hace tiempo. El portal citado anteriormente habla, incluso, de “relaciones extramatrimoniales” que podrían ver la luz dentro de muy poco.
Se trataría de un escándalo que podría llegar a provocar el divorcio de los reyes. Sea como fuere, claro está que una violenta tormenta mediática está a punto de descargar contra la monarquía, cuya fortaleza se ha visto debilitada a consecuencia de las últimas polémicas que la han sacudido. No son pocos los que afirman a viva voz que la dinastía borbónica pende de un hilo. “Nuestra hija no llegará a reina”, dijo Letizia a Felipe VI, tal y como recoge Pilar Eyre en su columna de Lecturas.