Mar Flores se ha propuesto no abandonar nunca el Ā«candelabroĀ», que dirĆa su ex amiga y socia SofĆa Mazagatos. Si hace apenas unos dĆas dedicaba una foto desde una mansiĆ³n en el carĆsimo y exclusivĆsimo Aspen Ā«a todos los envidiososĀ» alegando que Ā«es mejor callar que decir lo que uno piensaĀ», hoy se ha despachado a gusto publicandoĀ una instantĆ”nea a Instagram desde una de las galas de premios mĆ”s privadas y elitistas del aƱo: Los Globos de Oro. Unos premios cuyos invitados suelen en su mayorĆa actores, directores, diseƱadores, figurinistas de vestuario, representantes o gente que participa activamente en el mundo del cine.
Desde que comenzase su relaciĆ³n con ElĆas Sacal, Mar no ha parado. Sus redes sociales son un flujo incesante de espectacular fotos en paisajes paradisĆacos, coches de lujo y hoteles en ciudades top del mundo cuyas habitaciones oscilan entre los 1000 y 1500 euros la noche. La relaciĆ³n con el constructor mexicano multimillonario va viento en popa y es que segĆŗn cuentan, Ć©l la lleva en volandas. La fama precede a ambos. Ella estĆ” Ā«harta de que la tachen de cazafortunasĀ» y declara que Ā«nunca pido ver la cuenta bancaria a los hombres con los que empiezoĀ» y Ć©l tiene fama de Ā«playboyĀ». Mientras que algunos ladran, ellos cabalgan.