Chicho Ibáñez Serrador, creador del famoso programa de televisión llamado ‘Un, dos, tres, responda otra vez’, falleció en el año 2019 dejando un gran legado y siendo admirado por todos aquellos que se dedican a este medio de comunicación. Y ahora, tres años después de su muerte, parece que el formato que él creó va a volver a resurgir de la mano de alguien muy especial. Y es que su hijo Alejandro Ibáñez se ha propuesto que regrese a nuestras vidas la adorable calabaza que formó parte de nuestras vidas hace casi 20 años.
Un anuncio que ha sorprendido a todos los amantes de la televisión y que ya está en marcha, tal y como ha dejado claro el hijo de su creador. Aunque esta vez no lo podremos ver a través de la que fuera su casa, TVE, ya que se ha renovado por completo y volverá directo a las plataformas digitales, que son los medios del momento sin duda alguna, además de las redes sociales. Y es que su productora, Prointel, ha llegado a una cuerdo con otras dos (Isla y GlobalStudio) para llevarlo a cabo.
Así será la vuelta de ‘Un dos tres’
“Se emitirá en canales digitales como Twitch, Youtube, Instagram o TikTok, y estará apoyado por nuevos talentos de las distintas plataformas, pero sin olvidar a los protagonistas de antaño que hicieron del ‘Un, dos, tres… responda otra vez’ un clásico de la televisión de nuestro país”, han expresado en un comunicado desde las tres productoras que se han propuesto renovar este formato tan mítico e imprescindible en nuestros recuerdos. “Concebido como una experiencia interactiva, los espectadores podrán participar desde sus dispositivos”, han añadido.
Toda una experiencia para los más nostálgicos y para las nuevas generaciones que no recuerdan lo que fue el fenómeno ‘Un, dos, tres’ en la televisión porque eran muy pequeños o porque aún no habían nacido. Algo con lo que Alejandro Ibáñez ha querido “mantener el espíritu de vanguardia e innovación que ha caracterizado siempre al formato, llevándolo a los nuevos medios de entretenimiento digitales”, a la vez que está homenajeando a su propio padre que fue el creador de este programa que dejó huella y que ha vuelto para quedarse después de 18 años.
Los productores quieren que las nuevas generaciones también se dejen llevar por la magia de Ruperta y para ello han pensado en un formato muy diferente. El concurso mantendrá la misma estructura, lo cual fue clave para su éxito, pero incorporará mayor interacción con los usuarios. Aprovechando las posibilidades de la tecnología actual, los espectadores podrán participar a través de sus dispositivos.
Su objetivo es «mantener el espíritu de vanguardia e innovación» que les llevó al éxito, pero también aprovecharse de los avances con los que contamos en 2022. Aún tendremos que esperar para conocer detalles del concurso, pero se agradece que los clásicos de la televisión también se adapten a los nuevos tiempos.
La formula del éxito del programa
Primer concurso mundial de horario de máxima audiencia en ser liderado por una mujer como presentadora titular, Mayra Gómez Kemp, la gran base del fenómeno de ‘Un, dos, tres‘ estaba en la capacidad del programa de unir la libertad del teatro, la creatividad del musical, la participación del cabaret, la cultura del concurso de preguntas y un punto del suspense de las películas de miedo. Con este ingenio a la hora de combinar estos géneros, Ibáñez Serrador alcanzaba una descriptiva e inclusiva radiografía de la sociedad de la época. No apta para snobs. Así conectó con la ingenuidad de la España popular de cuatro décadas. Lo demuestran los premios del show.
Primero lo más ansiado era la cocina, después el coche, más tarde el apartamento y, finalmente, el dinero. Mucho dinero. A veces, con yate de regalo extra. Las necesidades de la audiencia iban cambiando. De lo útil en la cotidianidad a la especulación inmobiliaria. Hasta en eso nos retrató el ‘Un, dos, tres…‘. Aunque sobre todo nos delataban los diálogos de tantos personajes -el formato fue cantera de cómicos y actores- que sacaban punta a la realidad, como los mordaces exabruptos de Las Tacañonas.
Y riéndonos de nosotros mismos, nuestras diferencias y las motivaciones universales que nos mueven y remueven a todos, el ‘Un, dos, tres…‘ nos iba ensanchando la mente, nos descubría nuevos mundos que están en este mientras nos ponía a jugar con ese regustillo de la ilusión que sólo se abraza si te dejas llevar por la emoción sin prejuicios. Esa emoción que te devuelve la mirada cristalina, curiosa y pilla de la niñez, como cuando jugabas con ese querido juguete que nos acompañó en la infancia y que, luego, alguien tiró.
Esa era la motivación de Chicho en sus últimos años de vida: que la televisión nos volviera a reunir en el sofá con la inocencia extraviada. El ‘Un, dos, tres…’ lograba esta proeza incluso entre los abuelos gracias a sus grandes decorados, su pícara comedia, sus locas pruebas físicas en la eliminatoria y hasta con su erotismo. No sólo con las azafatas, fue de los primeros programas en lanzarse al erotismo masculino. El país se sonrojaba y, a la vez, se empezaba a quitar corsés con cierta desnudez.
