Siempre terminamos recurriendo a un bizcocho cuando no sabemos qué postre hacer. Quizás influya en nuestras mentes el hecho de que con huevos, harina y azúcar ya lo podemos llevar a cabo o que el resultado final es tan esponjoso y ligero que siempre apetece. Para desayunar, para merendar, en cualquier momento se puede disfrutar de un pedazo acompañado por un vaso de leche, un té o incluso un chocolate. En esta ocasión vamos a variar la receta tradicional para hacerlo con frutos secos, que siempre dan mucho juego a cualquier plato y que en esta ocasión van a seguir convirtiendo nuestro postre en uno muy difícil de rechazar.
Ingredientes del bizcocho
Lo mejor de esta receta de bizcocho de frutos secos es que es igual de sencilla que hacerlo a la manera tradicional. En realizarla vamos a emplear una hora y media, contando la hora de cocción y los 15 minutos de preparación. Para hacerlo para que lo puedan probar diez personas, que ingerirían 292 kilocalorías por ración, vamos a necesitar como ingredientes 10 huevos M, un yogur, 300 gramos de harina de trigo (repostería), 125 gramos de mantequilla, 60 gramos de azúcar, 50 gramos de almendras y avellanas, 50 gramos de nueces, 50 gramos de pasas, una pizca de sal y una cucharadita de esencia de vainilla.
Elección de productos para el bizcocho
Aunque ya hemos aclarado nuestras preferencias para el bizcocho, en lo que a ingredientes se refiere, hay que dejar constancia de que para hacer este de frutos secos podemos elegir una amplia variedad de éstos o seleccionar los que más nos gusten. En esta ocasión hemos optado por mezclar nueces, avellanas y almendras. Además les hemos añadido unas uvas pasas que aportan dulzor. Las pasas podemos hidratarlas en brandy o podemos meterlas en el bizcocho tal cual. Hay que tener en cuenta que si las hidratamos ese líquido luego se añadirá a nuestra masa.
Primeros pasos
Para empezar la receta de bizcocho de frutos secos lo primero es poner en un bol la mantequilla en pomada, el yogur, el azúcar, los huevos y la cucharada de esencia de vainilla. Se bate todo con ayuda de una varilla hasta que la mezcla quede esponjosa y cremosa. El siguiente paso será incorporar la harina tamizada, y después se mezcla todo con ayuda de la varilla. El resultado ha de ser una masa muy cremosa. Por último habrá que añadirle a la masa los frutos secos y después mezclar de forma envolvente con la varilla o con una espátula.
Cómo finalizar la receta
Una vez tengamos la masa del bizcocho, hay que colocar la misma en un molde previamente engrasado y se mete al horno durante 1 hora a 160 º C- 170 º C, con calor arriba y abajo, sin aire. Transcurrido ese tiempo se saca el bizcocho y se deja que enfríe unos 10 minutos antes de desmoldarlo. Dejaremos que se termine de enfriar por completo sobre un plato sin tapar en un lugar fresco y seco y después se le puede colocar una campana perforada para conservarlo. Para servirlo lo ideal es cortarlo en porciones y acompañarlo de la bebida que más nos guste, ya sea café, té, chocolate, batido o simplemente agua.
Ventajas de los frutos secos
Una de las grandes ventajas de este bizcocho de frutos secos es que éstos, sobre todo en la dieta de las personas mayores, pueden aportar numerosos beneficios para su salud. Dentro de esta categoría de alimentos podemos encontrar variedades como almendras, pistachos, nueces, anacardos, avellanas, etc. Todos son una fuente importante de proteína vegetal y ácidos grasos monoinsaturados como el Omega 3, que son fundamentales para mantener el cuerpo en buenas condiciones con el paso del tiempo. Entre sus ventajas, al contener minerales como el potasio y muy bajo contenido de sodio (siempre que se consuman sin sal), está el que mantienen los niveles de presión arterial estables y así evitan la aparición de ataques cardíacos. También protegen los huesos y músculos, aportan nutrientes para la piel y el cabello, son poderosos antioxidantes para nuestras células, fuente de energía y grasas saludables y favorecen el sistema nervioso y la memoria.
Más recetas de bizcochos
Lo bueno de hacer un bizcocho es que hay múltiples recetas para hacerlo, solo tienes que encontrar tu preferida. Entre ellas destacan, por poner algunos ejemplos, el simple de yogur, el de almendras, el de nueces, el de elote, el de naranja, el de calabaza, el de manzana y canela, el que solo lleva manzana o un riquísimo mug cake de chocolate que puedes hacer hasta en el microondas.
