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Magdalenas: la receta para que siempre te salgan esponjosas

Las magdalenas se puede decir que son uno de esos productos alimenticios que puedes ingerir a cualquier hora del día. Son perfectas para un desayuno o merienda, pero también para comerlas entre horas o incluso después de comidas o cenas o hasta antes de acostarte, con tu vasito de leche. Por tener de bueno hasta puedes transportarlas sin ningún problema gracias a su formato individual, por lo que son ideales para días de picnic, excursiones, playa… Aquí vamos a explicar cómo hacerlas caseras y esponjosas con la receta más clásica y tradicional, la que incorpora aceite de oliva virgen extra y el resto de ingredientes, siempre sencillos y básicos, y con los que quedan con su costra crujiente en la superficie, pero por dentro están esponjosas y húmedas.

Cómo finalizar la receta

magdalenas
Así de esponjosas nos deberían quedar las magdalenas

Una vez hecho el paso anterior, se pone en el molde para magdalenas las cápsulas de papel o bien se utilizan directamente cápsulas de silicona sobre una bandeja de horno y se vierte en ellas la masa, de forma que solo ocupen las 3/4 partes del mismo para que no se derrame y tienda a ese copete superior que buscamos. Es opcional, pero es recomendable espolvorear un poquito de azúcar blanco encima de la masa para que se forme la característica costra de azúcar que le da el toque tradicional y artesano definitivo. Eso sí, solo un poquito porque si le echas demasiado puedes arruinar la subida de la masa debido al peso. Cuando el horno esté a 200ºC se introduce el molde o la bandeja de horno a media altura, y se hornea entre 15 y 20 minutos. Recuerda poner solamente la resistencia de arriba y la de abajo. Y por supuesto, ni se te ocurra abrir la puerta del horno a media cocción porque dejarían de subir. Estarán listas cuando se empiecen a dorar ligeramente