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Magdalenas: la receta para que siempre te salgan esponjosas

Las magdalenas se puede decir que son uno de esos productos alimenticios que puedes ingerir a cualquier hora del día. Son perfectas para un desayuno o merienda, pero también para comerlas entre horas o incluso después de comidas o cenas o hasta antes de acostarte, con tu vasito de leche. Por tener de bueno hasta puedes transportarlas sin ningún problema gracias a su formato individual, por lo que son ideales para días de picnic, excursiones, playa… Aquí vamos a explicar cómo hacerlas caseras y esponjosas con la receta más clásica y tradicional, la que incorpora aceite de oliva virgen extra y el resto de ingredientes, siempre sencillos y básicos, y con los que quedan con su costra crujiente en la superficie, pero por dentro están esponjosas y húmedas.

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Cómo empezar la receta

Lo primero será batir los huevos y el azúcar

Lo primero que hay que hacer en esta receta de magdalenas es poner en un bol grande los huevos y el azúcar y batirlos enérgicamente con unas varillas manuales o eléctricas hasta que la mezcla se blanquee y el azúcar se disuelva por completo. Luego se ralla la cáscara de limón y se añade a la mezcla junto con la sal, y se incorpora poco a poco el aceite, tanto el de oliva como el de semillas, y se va mezclando para que se integre bien. A continuación se vierte la leche, también poco a poco, y se mezcla, y se añade la harina y la levadura tamizadas, es decir, haciéndolas pasar por un colador para que no caigan con grumos ni apelmazadas. En este punto hay que volver a batirlo todo hasta que no haya ningún grumo.