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El secreto para hacer unas costillas a la miel súper sabrosas

La receta de costillas a la miel es una de esas que está pensada para aquellas personas que no tienen apenas tiempo que dedicar a la cocina, es decir sencilla y a la vez rica y sabrosa para incluso que, después de ver el resultado, se animen a pasar más tiempo en ella. Eso sí, para que se de este último detalle, que todo quede perfecto, si el ‘chef’ se lo puede permitir lo ideal es dejar macerar la carne durante varias horas en la salsa de miel, e incluso dejarla de un día para otro. Si se opta por ello y hace calor en la cocina, lo mejor es ponerla dentro de un cuenco tapado con film, meterla en la nevera, y sacarla cada una o dos horas para removerla y que los distintos ingredientes que conforman el adobo penetren por toda la carne.

Finalización de la receta

costillas
Así puede quedar de apetitoso el plato

A pocos pasos de finalizar nuestras costillas a la miel, se reparten las patatas y las zanahorias, sin que tapen la carne, y se pone un poco más de salsa sobre las verduras. Después de tapa la fuente con un trozo de papel de aluminio, se lleva al horno y se hornea a una temperatura de 180º C, durante 1 hora. Pasado el tiempo programado, se retira la fuente, se quita el papel de aluminio, se riega la carne con los jugos y se vuelve a meter al horno (sin el papel). Ya en él se horneamos durante 30 minutos más o hasta que la carne se dore, pero teniendo en cuenta que cada 10 minutos hay que sacar la fuente del horno y regar la carne con los jugos, de este modo obtendremos un bonito dorado. Una vez que la carne esté lista, se saca la fuente del horno y se sirve de inmediato.