Ana Obregón ha dejado de ser un personaje frívolo y vanidoso. Desde que sufrió la trágica muerte de su hijo se ha ganado el respeto de toda la prensa. El fallecimiento de Álex Lequio la ha posicionado como uno de los personajes de entretenimiento más cotizados por los medios de comunicación. El público está ansioso por conocer más sobre la persona que hay detrás de la imagen que se empeña en vender ante las cámaras. En Cotilleo.es, hemos recordado que Ana Obregón perdonó una terrible traición de alguien a quien consideraba parte de su familia. Una de sus íntimas amigas, Susana Uribarri, consiguió partirle el corazón en pedazos. ¿Qué pasó entre ellas? Sin embargo, la bondad de Ana parece no tener límites y, hace unos años, perdonó esta terrible traición. ¿Qué hay detrás de esta enemistad?
2Darek, el modelo que humilló a la actriz
> Ana Obregón consiguió tener un gran poder en los medios de comunicación. Cada paso que daba era seguido por todos los periodistas, y muchos se ponían en contacto directo con ella para negociar sus nuevas entrevistas. Este hecho molestó mucho a Susana Uribarri, quien no dudó en vengarse cuando tuvo la más mínima oportunidad. Ana Obregón mantenía una relación sentimental con Darek, un modelo polaco que estuvo en la vida de Ana poco más de un año, concretamente entre 2007 y 2008. Pero la pareja decidió romper su noviazgo, y la actriz hizo público un comunicado donde dejaba claro su decisión. “Me veo obligada a confirmar que he finalizado mi relación sentimental”, declaró.
Darek quedó apartado de la vida de Ana Obregón, y con este gesto perdió todo el interés de los periodistas. Pero Susana Uribarri le dio una segunda oportunidad de ser famoso para vengarse de su vieja amiga. La representante se convirtió en pareja del modelo y, durante un tiempo, lograron ocupar las portadas de todas las revistas de corazón. Ningún periodista pasó por alto la terrible traición de Susana, e incluso muchos aseguraban que se había metido en medio de la relación que Ana mantenía con el modelo. La actriz decidió tomar distancias, y estuvo cinco años sin querer saber nada de su representante.
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