Eva González lleva meses en el disparadero. El supuesto affaire que su marido, Cayetano Rivera, mantuvo con Karelys Rodríguez provocó tal revuelo que la vida profesional de la andaluza pasó a un segundo plano, algo que no le ha hecho ninguna gracia. Pero la cosa podía ir a peor, y así ha sido. El pasado más oculto de Eva ha regresado en su peor momento. Te contamos todo, a continuación.
Karelys Rodríguez hace peligrar su trabajo
> Ha pasado una semana desde que Karelys Rodríguez decidiera tomar de nuevo el rumbo de su vida contando en exclusiva, en una conocida revista del corazón, sus secretos más oscuros. Después del terremoto vivido por culpa de unas fotografías en las que se le veía acompañada en una cafetería de Londres de Cayetano Rivera, la abogada no tuvo más remedio que sacar toda la trama a la luz. Según su testimonio, mantuvo una relación paralela con el torero durante ocho años, un periodo largo de tiempo en el que las visitas esporádicas, los mensajes de cariño y los regalos inesperados por parte de Cayetano le hicieron creer que su relación era de verdad. Pero todo cambió en el momento de hacerse públicas estas fotografías: el torero desmintió todo, negando incluso su amistad con Karelys, y anunció medidas legales contra todo el que vertiera informaciones falsas sobre él y su familia.
Casi doce meses después, Karelys confiesa que se siente fuerte, pero asegura que “nadie es capaz de entender lo que yo he pasado. Nadie es capaz de entenderlo hasta que no estás dentro, y menos cuando te machacan constantemente”, nos explica. Aun así, la joven abogada asegura que este drama no le va a hacer frenar: “Claro que voy a seguir haciendo colaboraciones. Esto no me va a hacer desaparecer de los medios de comunicación. A mí me da igual, que digan lo que quieran. Si me voy a dejar llevar por esto, no voy a hacer nada con mi vida, y eso no lo voy a permitir”, exclama. Unas palabras que están empezando a cobrar sentido después de que nos confesara por teléfono sus intenciones de seguir en el candelero. No hay duda de que Eva González tiene motivos más que suficientes para temblar.
