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domingo, 5 mayo 2024

Sarah Hyland (Modern Family) y los problemas de salud que está padeciendo

Cada vez son más los famosos que comparten los problemas que afectan a su estabilidad emocional y física para intentar crear conciencia. La vida personal de la actriz Sarah Hyland puede ser vista como privilegiada debido al éxito de la serie a la que perteneció, Modern Family, sin embargo, no es así. Todo lo que ha tenido que pasar la ha hecho pensar en el suicidio.

Esta joven mujer tiene 29 años. Es hija de los también actores Melissa Canaday y Edward James Hyland. Desde pequeña fue diagnosticada de displasia renal, lo que la ha llevado a ser ingresada en una sala de operaciones en reiteradas oportunidades. Recalca que gracias a su buena condición económica ha podido pagar todos los procedimientos.

Posee la necesidad de estar pendiente de su salud en todo momento. Su vida ha estado cargada de altibajos y su familia no deja de apoyarla

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Momento aterrador

En 2017 aparece en la vida de la actriz, lo que ella considera, uno de los momentos más aterradores. Rechazó el órgano de su progenitor y su hermano se ofreció a darle el suyo. Expuso con emociones encontradas:

«Es aterrador cuando un segundo miembro de tu familia, alguien a quien se supone que tienes que cuidar por ser tu hermano menor, te quiere dar una tercera posibilidad de vivir».

Asimismo, comentó, «sentí una barbaridad de presión. Fueron unos días muy locos, tuve mi primera cita con mi actual novio, al día siguiente eran los Emmy, al siguiente me marché a que me hicieran la diálisis y después tenía que estar en el hospital para mi trasplante», rememoró.

La sensación de muerte ha perseguido a la joven desde su niñez, indica que lleva 27 años batallando con dolores crónicos.

En una declaración que realizó Hyland, mencionó que hicieron lo posible para salvar el primer riñón. Se sometió a tratamientos que la llevaron a perderse de situaciones importantes como: Navidad, Año Nuevo, Acción de Gracias. Decidieron optar por la alternativa del trasplante nuevamente, cuando el médico informó que el órgano era una «casa en llamas».