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Famosas que han sufrido trastornos alimenticios

En el mundo del espectáculo, suele creerse que la imagen lo es todo. Es así como, impulsadas por el deseo de ‘la figura perfecta’ y la presión por tener mantener la imagen ante el público y las cámaras, muchas famosas sucumben ante una obsesión que conlleva – entre otras cosas – a padecer trastornos alimenticios.

Sufrir un trastorno alimenticio es una pesadilla provocada por una sociedad obsesionada con ‘la figura perfecta’, que no solo afecta la manera en que la persona se percibe a sí misma, sino que es un asesino silencioso del cual es difícil escapar. Así le sucedió a Karen Carpenter, la talentosa y legendaria cantante y baterista de The Carpenters, quien, a pesar de ser admirada por miles y envidiada por quienes deseaban tener un poco de su hermosura, sufrió de anorexia nerviosa, causada por el pánico que tenía de subir de talla, su baja autoestima y la depresión que le producía su entorno superficial. Y aunque logró solucionarlo en algunas ocasiones, el daño que le provocó a sus órganos internos fue irreversible, causándole una trágica muerte a una edad temprana.

Estos problemas son más claros en Hollywood, la cuna del estereotipo de la persona delgada y hermosa, en donde decenas de artistas e intérpretes sufren de trastornos con tal de ser aceptados y encajar con el resto de las personas.

Afortunadamente, estas figuras han logrado escapar de esa pesadilla y hoy sirven de inspiración para quienes sufren de este tipo de desórdenes, ayudándolas a aceptar su cuerpo con sus historias y experiencias, afirmando que no se necesita dejar de comer o vomitar para encontrar un lugar en el mundo.

Alannis Morissette

Alannis Morissette

Para la cantante Alannis Morissette, el yoga y la meditación han sido claves para que la cantante canadiense recupere su vida. Gran abanderada del mindfulness, la intérprete ha superado esta etapa oscura de su vida:

“La gran cuestión para mí es ‘¿qué es estar sobrio con la comida?’ Sabemos lo que significa con el alcohol, no lo tomas y no te metes en un bar. Con la heroína, no te acercas a ella. Sin embargo, con la comida, tienes que comer, así que en mi caso iba dando tumbos entre los atracones, morirme de hambre, comer en exceso… Todo el rato con subidas y bajadas. Así que me pregunté cómo podía salir de esa situación para estar sobria”, afirmaba en 2015 en una entrevista para Women’s Health.