comscore

Casa Real: Froilán defiende a su persona favorita en el mundo

Felipe Juan Froilán de Marichalar como no podía ser de otra manera vuelve a ser la principal noticia del foco mediático, como cada semana, para la Casa Real. Poco parece que le ha durado a la reina Letizia, ser el plató principal de este meollo sensacionalista, tras su comentada actuación con la reina emérita Sofía, en la pasada misa de Pascua.

Las aguas parecen seguir su cauce, pero Froilán parece que no ha perdonado esta ofensa a su mujer, probablemente favorita del mundo, su abuela. El hijo de la infanta Elena se trasladaba hasta el hospital dónde su abuelo, Juan Carlos I, era intervenido quirúrgicamente. Tras unas horas viendo a su abuelo, tomó el primer AVE para descansar en Málaga y es aquí, dónde empezó todo.

3
Froilán, tras su visita, se desplaza a Málaga

No se sabe lo que pasó en el interior de la habitación del antiguo monarca Juan Carlos I, pero tras unas horas, Froilán salía sonriente en dirección a la estación de trenes, para coger un AVE dirección Málaga. Y sería entonces, cuando se produciría la polémica entre él y unos periodistas. Los motivos son muy simples, al parecer, estas personas iban riéndose de los comentarios y los memes, creados a partir de la famosa trifulca de la reina Sofía y Leticia, a la salida de la misa de Pascua.

Como ya mencionábamos anteriormente, el amor que siente Froilán por sus abuelos va más allá de los límites imaginados, y como es normal este cotilleo, presuntamente, inocente entre periodistas, no parece gustarle. Su abuela, Sofía, es una de las mujeres que más quiere en el mundo Froilán y que sea objeto de risas, como es lógico, no le sienta bien.

No dudó en mostrar su opinión, aunque tal vez, no de una manera muy educada o acertada. Pues tras escucharles, las palabras que salieron de la boca de Froilán fueron: «Qué asco», sentenciaba mirándoles. Una situación, que rápidamente Ernesto Alba, el susodicho periodista del AVE, no dudó en contar en redes sociales. No se puede saber a ciencia exacta si Froilán lo ha leído o no, pero de lo que no hay duda, es que no creemos que le haga mucha gracia.