La genética no es lo único que en el mundo de las famosas comparten madres e hijas. Para poder continuar manteniendo un cierto parecido (genética aparte) gracias a la magia del bisturí, es importante que tengan el mismo cirujano plástico.
Hay algunos casos en los que las famosas escogen a los mejores cirujanos y conservan ciertos rasgos agraciados. Otras, en cambio, se quedan con lo peor de la familia. Ponerse un labio descomunal o pasarse con el bótox en compañía de tu madre también es una forma de pasar el día en familia (sobre todo las de las famosas).
Las famosas mala paxis de las Griffith
Melani Griffith fue un símbolo de los años 80, considerada una de las mujeres más guapas del planeta. Llegó a hacerse, en aquellos años, con importantísimos premios, a la vez que su carrera parecía no tener fin. Con el paso del tiempo ese rostro que despertaba pasiones, se ha ido convirtiendo en uno que es motivo de controversia por el mundo de la cirugía plástica.
Su madre, Tippi Hedren, fue una de las primeras en pasar por el quirófano. Ella animó a su hija para que también fuera aceptando ayuda para lograr un rostro perfecto. Demasiado bótox, y unos labios que se pasan de lo normal, no la han beneficiado demasiado. La belleza natural como la de su hija, es mucho más atractiva.
