De ladrón a mentiroso, de maltratador a controlador y manipulador. Estas fueron algunas de las contudentes y agonizantes declaraciones que reprochó la modelo María Jesús Gil al empresario Gil Silgado a principios de año. Las infidelidades y los problemas económicos fueron los detonantes para que esta pareja explotara por los aires y toda España se quedase estupefacta ante tal ruptura. Pero resulta que después de la tempestad llegó la calma, tanto, que el amor entre los dos ha vuelto a encenderse.
En la noche del sábado, María Jesús sacó todo su valentía para sentarse en un ‘Sábado Deluxe’ donde los colaboradores la esperaban con muchas ganas. En medio de una nueva tormenta tuvo que dar la cara a muchos frentes abiertos y de nuevo nos dejó a todos sorprendidos ante sus majestuosas cualidades como actriz. ¿Qué es lo que ha ocurrido? ¿Por qué han vuelto? ¿Ha robado dinero la modelo? Te lo contamos…
María Jesús Ruiz: «Fui mala. Muy mala. Engañé a la gente»
La jiennense se ha sentado dispuesta a defender el amor que siente por Gil Silgado a lo Romeo y Julieta y enterrar las declaraciones que ella mismo dio sobre el empresario. Así de contundente ha sido, «Sí, fui muy mala. Súper mala. Es duro y horrible. Engañé a la gente», ha subrayado en el programa que dirigió esta vez María Patiño. Además, ha admitido que se inventó lo de maltratator psicológico porque lo único que quería era hacerle daño.
Llegados a este punto, María ha reconocido que se equivocó en su día y que se arrepiente de tales acusaciones, llegando incluso a fingir sus lágrimas en su día para hacerle más daño. Aunque sí habló de la orden de alejamiento que le puso al empresario. «Llegó a amenazarme de muerte», dijo la exmiss. Pero esta amenaza no ha sido razón suficiente para que ambos no vuelvan a quererse, dejándo así en un segundo plano a Julio Ruz, su novio de entonces y padre de su segunda hija. «La última conversación que tuve con Julio fue el día 30 de septiembre, y le dije ‘creo que sigo queriendo a Jose María’. Fui un poquito cruel con él, pero es que eso no había manera de arreglarlo».
Los colaboradores no daban crédito y saltaron a por ella…
