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Kiko Rivera, roto por perder su herencia, principal traba para la venta de Cantora

Isabel Pantoja y Kiko Rivera han sido siempre uña y carne. Incluso en aquellos años en los que el retoño de Francisco Rivera Paquirri e Isabel empezó a hacer de las suyas y conoció de cerca las mieles de salir con sus amigos por la noche sevillana; o de cualquier localidad que se encontrase cerca de la capital hispalense.

Pero a lo largo de los años la relación entre madre e hijo ha sido inquebrantable. Algo más que la que la ex amiga de María del Monte ha mantenido con su otra hija, Chabelita, a la que ha tenido que perdonar más de un feo.

Pero esa vivencia idílica, de la que pudimos ver buena muestra hace poco –algo fingida y forzada- en la entrevista que Isabel Pantoja concedió a Pablo Motos, ha pasado por uno de los momentos más duros de su historia. Y la culpable tiene nombre: Cantora.

Isabel Pantoja, según ha publicado la revista Diez Minutos, ha puesto en venta la finca que le dejó el también padre de Fran y Cayetano Rivera y de la que le corresponde un 47% a Kiko. Y ese porcentaje es el que le permite opinar, y mucho, sobre los pasos que se van a seguir con la maravillosa finca de más de 300 hectáreas en la que vive atrincherada Isabel desde que salió de la cárcel.

Kiko

Isabel, mucho más consciente que su hijo de la realidad que les rodea, sabe que los ingresos que genera último disco y sus conciertos no son suficientes para afrontar la dura situación económica por la que están atravesando; y eso que por alguna de sus entradas piden más de 1.000 euros.

Por todo ello, Isabel tomaba la dura y firme decisión de poner en venta Cantora y, con lo que saque, tapar agujeros y lograr el nivel de vida que llevaban antes. Además de reinvertirlo en la compra de una casa en Madrid, donde quiere establecer su residencia.

Pero los siete millones que parece que piden por Cantora –mucho más que el precio de mercado que se está pagando por la zona- no va a ser el único impedimento para deshacerse de la finca. Superada la pataleta inicial de Kiko, su negativa a vender y separarse de un recuerdo y regalo tan íntimo de su padre antes de morir, el marido de Irene Rosales ha dado su brazo a torcer.

Pero su situación económica es una de las principales trabas para la venta. Tan sólo hay que recordar que sobre el 47% de la finca que pertenece al cuñado de Eva González y Lourdes Montes, pesa un embargo por mandato de Hacienda. Un pero que deben solucionar y lleva su tiempo. Así que no creo que veamos una mudanza o el desalojo de la abuela Ana o del tío Agustín a corto plazo.