David Broncano es uno de los personajes más populares en televisión y en redes sociales desde casi los inicios de su carrera como humorista. Su principal herramienta para conseguir la fama (además de saber rodearse bien) ha sido el escándalo. Desde que presenta La Resistencia en Movistar +, el cómico ha dado rienda suelta a su particular sentido del humor con el que a menudo roza el límite de lo aceptable. Sus chistes, por un lado, despiertan reacciones muy negativas en una buena parte del público, pero por otro lado, son aplaudidos por un nutrido número de fans que destacan su valor a la hora de burlarse de cuestiones que muchos no se atreverían ni a mencionar en público.
¿LIBERTAD DE EXPRESIÓN O FALTA DE RESPETO?
La línea que separa la libertad de expresión, de la ofensa y el insulto es muy delgada. ¿Vale todo para hacer reír, o hay que sobreproteger a las personas hipersensibles? ¿Sentirse ofendido es una cuestión de gestión emocional del individuo, o es un tema de respeto ajeno? ¿Minimizar la problemática de un colectivo o una persona puede aliviar la carga, o es contraproducente? Las opiniones están enfrentadas entre los que defienden la libertad de expresión y los que abogan por una comunicación políticamente correcta. Mientras tanto, Broncano sigue con lo suyo, indiferente a lo que digan de él, aunque le puede llegar a costar caro. Sirva como ejemplo, el aluvión de amenazas de muerte a Rober Bodegas o el despido de David Suárez. Recordemos los chistes más heavys del presentador de ‘La Resistencia’.
