Esta edición de ‘Gran Hermano’ ha estado llena de polémica: Desde los malos datos de audiencia, los escándalos dentro de la casa, las repescas, los habituales protagonistas y una presunta agresión sexual dentro de la casa han protagonizado la edición. Este jueves, Telecinco echa el cierre a la decimoctava edición del reality, que este año se ha llamado ‘GH Revolution’, y que será recordado por haber marcado la peor audiencia de la historia.
Jorge Javier entona el mea culpa del desastre de ‘GH Revolution’

El presentador de las dos últimas ediciones de ‘Gran Hermano’, Jorge Javier Vázquez, a escasas horas de la celebración de la final del concurso, decidió hacer público el ‘mea culpa’ por los malos resultados del programa.«Me siento un auténtico privilegiado por haber podido conocer desde dentro los entresijos de un programa que cambió la historia de la televisión», decía Jorge.
Sin embargo, también aprovecha para asumir su parte de culpa. «Teniendo en cuenta que en la televisión el futuro es mañana, no sé qué sucederá. Pero lo que sí tengo muy claro es que, si me lo volvieran a ofrecer, no dudaría en decir que sí. Gracias a todos los que estuvieron ahí y mis disculpas a los que piensan que no estuve a la altura», decía un Jorge que, para ser justos, hay que decir que ya ha encontrado su hueco en el programa.
La culpa no es solo de Jorge Javier Vázquez

Durante las primeras galas de la edición 17, Jorge se mostraba descolocado, con un papel prácticamente imposible de cumplir, teniendo que sustituir a la inigualable Mercedes Mila. Un papel que ningún presentador de este país podría haber igualado. Pero lo cierto es que Jorge Javier, con el paso de las galas, fue encontrándose en su lugar, y consiguió ofrecer una buena versión de sí misma.
No solo se le puede atribuir a Jorge Javier el hecho del fracaso de audiencia de esta edición, ya que unos concursantes descafeinados en líneas generales, faltas de tramas dentro del concurso, y la dura competencia de la emisión continua en directo con la de ‘OT 2017’, han herido mucho al reality más longevo de la televisión en España.
Yangyang, la cuarta finalista

La ‘chinita Lanzarote’ ha sido la cuarta finalista de la edición. A pesar de haber superado en multitud de ocasiones la nominación, no ha podido sobrevivir a la criba entre Hugo, Christian Gabaldón y Rubén, que quedaban como los tres finalistas oficiales. Yangyang no entendía muy bien lo que estaba sucediendo cuando Jorge nombraba su nombre, y el resto de compañeros tampoco se sorprendieron cuando dijeron su nombre.
Con una despedida rápida y fría con el resto de finalistas (sobre todo teniendo en cuenta que se iban a encontrar en plató en cuestión de minutos), Yang Yang abandonaba la casa de ‘GH Revolution’ por la sala de expulsión, despidiéndose del Súper, y poniendo rumbo a un plató que se alegraba, en líneas generales, de su cuarto puesto. Así, sería de nuevo una edición que se coronaría con un hombre como vencedor, siendo algo que no sucedía desde la edición 12+1, en el año 2012.
Christian Gabaldón, el tercer clasificado

De una manera más solemne, los tres finalistas se dirigían al pabellón de pruebas para conocer el nombre del tercer finalista. Con la sala engalanada para la ocasión, y rememorando el resto de expulsiones de la edición, han conocido el nombre del tercer nominado. Gristian Gabaldón ha tenido que abandonar la casa, quedándose así el duelo por la victoria de ‘GH Revolution’ entre Rubén y Hugo.
Una decisión que no ha sido del agrado del público en plató, que ha mostrado su enorme sorpresa al conocer el nombre del tercer clasificado, abucheando incluso la decisión que han tomado los espectadores. Y es que, así, entre Rubén y Hugo quedaría el ganador. Una pareja de concursantes que han dado muchísimo que hablar dentro de ‘GH Revolution’, con una amistad que se rompió por culpa de Maico.
Hugo, ganador de ‘GH Revolution’

Por última vez, volvían al pabellón Hugo y Rubén, y solo uno de los dos saldría como el ganador de la edición. Así, en el mismo sitio dónde comenzó la edición, se ponía final a ‘GH Revolution’ tras trece semanas de convivencia. La tensión en el ambiente era palpable, y los nervios estaban a flor de pie.
Fue entonces cuando, sin ningún espectáculo final, como venía siendo habitual hasta la fecha en el concurso, Jorge daba el nombre del ganador. Hugo, al conocerse como vencedor de la decimoctava edición, se tiraba al suelo y se echaba a llorar, mientras el confeti caía sobre su cabeza. Como un niño desconsolado, y totalmente emocionado, se tumbó sobre la tarima, no pudiendo ni quitarse las manos de su cara, y tardó cerca de dos minutos en levantarse del suelo, para entonces darle la mano a Rubén.
Y es que la reacción de Rubén fue, ante todo, fría. Con una decepción total, se quedó de pie, empezando a llorar al verse como segundo clasificado de la edición. En cuanto pudo, se dio la vuelta para no tener ni que enfrentarse a las cámaras, tras haberse visto caer derrotado. Y es que, no solo no se alegró por la victoria del compañero, sino que estaba totalmente decepcionado. Un feo gesto hacia Hugo, porque se sentía humillado, cuando en realidad, según la audiencia, no había hecho los méritos suficientes como para alzarse con la victoria.
El paseo en solitario de Hugo por la casa

Acompañado por las voces del Súper, que incluso podía notarse emocionado, Hugo regresaba a la casa para, esta vez sí, despedirse por última vez. Había logrado el privilegio de poder recorrer la casa en solitario, siendo el último habitante de la decimoctava edición de ‘Gran Hermano’. «No me lo imaginé nunca», decía Hugo, mientras comentaba con el Súper que no se esperaba para nada alzarse con la victoria.
Tan solo otros diecisiete ganadores han podido disfrutar de este privilegio. Con una emoción incontenida, el Súper le pedía que abandonara la casa que, durante estos tres últimos meses, le ha acogido en ‘GH Revolution’, y que le había convertido en ganador de la decimoctava edición del reality por excelencia de España. Con paso lento, recorrió el pasillo desde la habitación hasta el salón.
Se despidió del jardín, su rincón favorito de la casa, y pasando por un ya vacío sofá, que había visto como veinte concursantes se han sentado sobre él este año, salía de la casa por el pabellón. Allí volvió a subirse a la tarima en la que había recibido la gran noticia, y, con la voz entrecortada, se despedía de la casa y del Súper: «Bueno casita, gracias por todo. Muchas gracias». Y Hugo salía por la pantalla de luces de su espalda, quedándose así la casa completamente vacía, en un ritual que, como cada año, emociona a sus más fieles seguidores.
Rubén no reconoce sus errores en el concurso

Nada más aterrizar en el plató, espetó un «qué putada loco», una frase que hacía ver claramente lo que estaba sintiendo en aquél momento, ciertamente amargo al haber quedado segundo con el que se había convertido su enemigo dentro del concurso. A pesar de todo, afirmaba que sabía que no iba a ser el ganador de la edición, y explicaba los motivos por los cuales lo sabía. «La esperanza es lo último que se pierde. No se me entendió bien».
«Perdí yo, no perdí contra nadie», afirmaba Rubén, asumiendo, en cierto modo, los errores que ha podido cometer. Sin embargo, a pesar de que el resto de los exconcursantes le decían que Maico había tenido mucho que ver con el desenlace final del concurso, Rubén afirmaba que «Maico no me perjudicó en nada. Las cosas que ví, las ví yo». Y aseguraba que el motivo de no haber ganado el concurso fue que «me expliqué muy mal».
La emotiva despedida del Súper y Jorge Javier Vázquez

Con el maletín en manos de Hugo, ya tocaba apagar, como cada año, la casa de ‘GH Revolution’. Como venía siendo habitual, las luces del salón, cocina, jardín y piscina iban atenuándose. Pero cuando llegó el momento de apagar el confesionario, el Súper se negó a hacerlo.
Con un discurso muy emotivo, consiguió emocionar hasta el propio Jorge Javier. En el mismo, contaba que la luz de ‘Gran Hermano’ calentaba y acompañaba a todos los que habían pasado por el concurso y los telespectadores. Por eso, como ‘Gran Hermano’ no se iba a acabar, no la iba a apagar. «Este año la luz no se apaga», una frase que deja claro que las intenciones son las de no matar al programa, sino que se espera que, en un futuro, continúe, previsiblemente en septiembre de 2018.
Acto seguido, en una lluvia de aplausos desde plató, Jorge Javier, notablemente emocionado y con los ojos vidriosos, se despidió, con una única palabra: «Gracias». Una palabra dirigida a todos aquellos incondicionales que han seguido la edición, y que le han apoyado en estos duros meses por los que ha tenido que pasar.
Así, con la esperanza de que la luz de ‘Gran Hermano’ no se apague tras 18 ediciones, se ponía punto y final a una edición tormentosa, para espectadores y equipo, que aun así han querido ponerle un broche de oro digno y a la altura de lo esperado. Y, aunque menos espectacular que de costumbre, el factor emotivo ha estado mucho más presente que en otros años. Con esto, y sin saber qué sucederá con ‘Gran Hermano’, se cierra la ‘Revolution’, que nunca llegó, y cuyo futuro está más en el aire que nunca.