La infanta Elena ha cumplido 54 flamantes años este pasado 20 de diciembre. Una Sagitario de pura cepa que se ha convertido en el personaje más sutil, discreto y menos polémico de la Familia Real Española.
Pese a que la actual Familia Real es la compuesta por Felipe, Letizia y sus dos hijas, la infanta Elena no deja de formar parte de la familia del rey. Es una Borbón y Grecia, con todo lo que ello conlleva.
Un cumpleaños ‘por debajo de la puerta’
Al contrario de lo que piensa y desea su padre, la infanta Elena insiste en celebrar un cumpleaños tranquilo, discreto y en la intimidad de su casa. El día oficial es el 20 de diciembre pero la reunión con amigos más íntimos y cercanos está prevista para el próximo sábado 23 de diciembre, momento en el que aprovechará para reunir y felicitar la Navidad a sus más allegados.
Pese a lo especial de su día, el pasado miércoles, con sus 54 por bandera, Elena no cambió su rutina habitual: Acudió a la Fundación MAPFRE, donde dirige el departamento de Proyectos Sociales. Además, quienes la tratan sostienen que la primogénita de Juan Carlos I mantiene una excelente relación con los miembros de su equipo.
Pero detrás de su sonrisa, existe una nueva preocupación… ¿Qué le pasa a Elena de Borbón?
10 años del cese temporal de la convivencia
Este 2017 ha sido un año clave en la vida de la infanta Elena, cuyo matrimonio llegaría a su fin precisamente hace ahora una década. Un tiempo en el que la cuestionada figura de Marichalar no ha dejado de ser actualidad: bien por sus movimientos, bien por la ausencia de los mismos.
La relación de Jaime con su suegro, don Juan Carlos, nunca fue excelente. Elena, además, posee el mismo carácter beligerante y tremendista del Emérito, algo que crispaba los cimientos más básicos de Marichalar, que además encontraba el consuelo plebeyo en su cuñada, Letizia Ortiz, con quien en estos días mantiene una relación de WhatsAppeo.
Su preocupación principal, que no la única
Elena posee el mismo carácter que su padre. También algunos hobbies. Los mismos que comparte con su primogénito: Felipe Juan Froilán de todos los Santos. Pipe. Las tres generaciones de Borbón disfrutan de una tarde de toros, de un día completo la caza o de una comida entre amigos. Sin embargo, Elena tiembla cuando su hijo tiene previsto alguna actividad externa a los muros de Palacio.
Su nefasto nivel académico, sus salidas nocturnas, sus líos de faldas y sus broncas (incluso físicas) con otros chicos son una constante preocupación no solo en la infanta Elena como madre sino como representación familiar de la primera institución del país. Irremediablemente otro quebradero de cabeza llega a su vida en los próximos meses…
Su nuevo quebradero de cabeza: Victoria Federica
Como toda madre, Elena ha llevado entre algodones a su hija pequeña: Victoria Federica. Faltan apenas unos meses para que su hija pequeña llegue a la mayoría de edad. Bastante más responde que su hermano Felipe en los estudios, Victoria empieza a sacar los pies del plató.
Victoria Federica está siguiendo los pasos de su hermano Pipe: le encanta salir con sus amigas hasta altas horas de la madrugada, está completamente enganchada al móvil e incluso se resbala leyendo alguna que otra revista del corazón, en las que además, por defecto, su familia es portada. En la foto podemos observar cómo porta en sus manos la portada de ‘¡HOLA!’ en la que su tía Letizia baila desenfrenadamente en México al ritmo de The Black-Eyed Peas.
Infanta Elena, sin amor (que sepamos)
Desde que en 2007 pusiese distancia física y emocional de su marido, Jaime de Marichalar, la vida amorosa de la infanta Elena ha pasado a un segundo plano, al menos, a los ojos de la prensa. No se le ha vuelto a ver públicamente en brazos de ningún nombre, ni su corazón, que hayamos sabido, ha estado conquistado por otro caballero.
Eso sí. En diciembre de 2016, en vísperas del día de su cumpleaños, la revista alemana Bunte hablaba de una reconciliación entre la infanta Elena y el que fuera su primer novio, Luis Astolfi. Hablaban de un reencuentro positivo entre ellos y apuntaban que su relación era «increíblemente romántica».
Alejada de Felipe y Letizia
El rey de España, Felipe, para su hermana, siempre ha sido su ojito derecho. En nuestra memoria quedará guardado el recuerdo de aquella orgullosa Elena que lloraba lágrimas de emoción al ver pasar a su pequeño Felipe en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.
Desde que Felipe contrajese matrimonio con su esposa, Letizia Ortiz, la relación entre ellos se ha enfriado. No existe la chispa ni la hermandad de antes. Hay contacto, conexión y cordialidad pero el muro de Letizia entre ellos dos es regio, fuerte y tal y como observamos en la imagen, inquebrantable.
Cristina y Sofia: los apoyos de la infanta Elena
Y viceversa. Elena ha sido uno de los grandes apoyos de Cristina de Borbón desde que el juez Castro la sentase en el banquillo de los acusados por su presunta implicación en el Caso Nóos. La hija de don Juan Carlos I estaba acusada de ser cooperadora necesaria en los delitos fiscales de su marido, Iñaki Urdangarin, quien finalmente salió condenado a seis años y tres meses de prisión.
Ocurre exactamente lo mismo con la reina doña Sofía, quien siempre que puede se escapa junto con Elena y los hijos de esta, Felipe y Victoria, a Ginebra. La última vez que se les vio en la ciudad suiza fue por el cumpleaños de Juan Valentín, el primogénito de Cristina e Iñaki, que cumplía 18 años el pasado mes de septiembre.