2014 fue un año decisivo en el entorno de la Casa del Rey de España. Exactamente a mitad de ese año, en junio, este país vivía una transición dinástica de Rey emérito a Rey titular. Juan Carlos I soltaba el timón y le dejaba el revelo a Felipe VI, nacido, criado y educado para reinar.
Felipe VI Versus Juan Carlos I
El reinado de Juan Carlos I ha estado repleto de luces y sombras. A fin de cuentas, son casi cuarenta años bajo la Corona de España. En cambio, el de Felipe VI tiene unos características diferentes. Su forma de reinar es absolutamente contrapuesta a la de su padre, partiendo de que su manera de ser lo es.
Salvador de una generación, Juan Carlos I aseguró la democracia en este país tras el golpe de Estado de Tejero en 1981. La Corona de Felipe VI, tras los escándalos de Casa Real en los últimos años, está fundamentada, básicamente, en la meritocracia: «Un Rey se hace con los méritos diarios,. Pero, ¿cuáles son las diferentes reales entre padre e hijo a la hora de afrontar su exigente papel de jefe de Estado? ¿Quién está más preparado de los dos?
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La definición de Peñafiel
Jaime Peñafiel, el periodista azote de Casa Real, se ha declarado ‘juancarlista’ en un sinfín de ocasiones. La abdicación del Rey de España le sentó como un jarro de agua fría, y en una entrevista personal, apenas unas horas después del anuncio oficial de renuncia en junio de 2014, Peñafiel definió hizo un dibujo muy preciso del rey saliente y el rey entrante. Describe a Felipe como una persona tímida, y sin el empaque y la espontaneidad de su padre, Juan Carlos I. «¿Alguien se imagina al príncipe yéndose a los países del Golfo, para hablar con todos esos golfos y traerse todos los contratos para España? ¡Pues no! No hay que estar tan bien preparado. Hay que tener un ‘algo’ que tiene don Juan Carlos y que no tiene su hijo», comentaba el veterano periodista.
Para sorpresa de todos, rompe una lanza a favor de Letizia, detallando que gracias a ella, el rey de España es más cercano: «Felipe ha cambiado gracias a Letizia. Lo ha hecho próximo, cercano, amable, simpático. Antes era un niño maleducado por una oligarquía femenina de la madre y las hermanas. Letizia lo ha hecho una persona muy asequible. Pero es tímido. Distante, aunque parezca cercano, no tiene la espontaneidad de su padre».
Juan Carlos I
Empecemos por el principio. Juan Carlos I nació en Roma el 5 de enero de 1938. El hijo de don Juan de Borbón se pasa toda la vida entre internados suizos y el exilio familiar en Portugal: carece del calor familiar, de un hogar donde consultar algo a su madre o su padre. Nada más lejos de la realidad. La primera vez que el pequeño Juan Carlos pisa España tiene la edad de diez años.
La llegada de Juan Carlos de Borbón a nuestro país a finales de los 40 lleva implícita la lucha interna de dos hombres con nombre y apellidos ávidos del poder. Por un lado, su padre, Juan de Borbón y Battenberg. Por otro lado, Francisco Franco, a quien un rubio y jovencísimo Juan Carlos se une y en quien termina viendo al futuro Rey de España.
Felipe VI
La soledad familiar por la que atravesó Juan Carlos nada tiene que ver con la vida personal y la infancia de Felipe de Borbón. Siendo el único varón de tres hermanos, el mediano de la familia se convertía, automáticamente en el niño mimado de Elena, Cristina, y por supuesto, de su madre, Sofía.
Nacido en Madrid, el 30 de enero de 1968, Felipe llevaba consigo la estrella congénita de futuro Rey de España. Criado y educado para ello, el Príncipe de Asturias emite su primer discurso, precisamente en los galardones que llevaban su nombre, a la temprana edad de 13 años. Apenas dos años después, flamante y lozano con 15 años, lleva a cabo su primera viaje de Estado. ¿Lugar? Cartegena de Indias. Felipe de Borbón y Grecia era invitado en aquel momento por Belisario Betancur, el entonces presidente de Colombia.
Diferencia de crianza que minan el carácter
Juan Carlos I lleva consigo la fama de cercano, simpático, contador de chistes, mujeriego. Felipe VI, sin embargo, es un hombre tímido, prudente, reservado, contenido, con un carácter algo más frío, y un sentido del humor británico o alemán, absolutamente alejado del de su padre.
Juan Carlos I, ‘el campechano’. A Felipe VI todavía le falta el famoso y tradicional sobrenombre que todos nuestros reyes han llevado a gala. ‘El preparao‘, lo llaman algunos con ánimo peyorativo y descrédito. Y es cierto, según apuntan los expertos, el currículum de Felipe VI es el más brillante en trescientos años de dinastía Borbónica.
La opinión de gente cercana a Juan Carlos I y Felipe VI
La escritora gaditana Ana Romero recoge en su último libro, ‘El Rey ante el espejo’, opiniones de personas cercanas que han servido a ambos reyes. Sorprendentemente, sobre Juan Carlos I recoge lo siguiente: «Para mí está mejor preparado que su hijo. Durante todos los años que pretendió el trono bajo Franco buscó vericuetos a través de personas que a veces lo traicionaban por miedo al dictador. […] Juan Carlos se fue formando de la manera más dura, él solo, buscando a gente en la que confiar. A la gente le parece que se relaja demasiado pronto pero se olvidan de que la lucha no empieza en 1975, sino en 1948, de crío.
En cambio, Felipe, en lo que a reinar se refiere, y siempre según su entorno: «Meritocracia, austeridad hasta decir basta, prefieren salir perjudicados que ‘jugar’ con la opinión pública. A Felipe VI no le gustan las campañas mediáticas sino las reflexiones profundas». En este caso se trata de «hacer pedagogía cívica, institucional y política», en un país que desde luego nada se parece al que su padre abrazó con la muerte, la huella y la raíz de más de cuarenta años de dictadura.