La infanta Elena vino al mundo el 20 de diciembre de 1963. Su nacimiento llegó en medio de los persistentes rumores de separación de don Juan Carlos y doña Sofía. La hija mayor de los reyes eméritos ha entrado en los cincuenta y cinco con lágrimas en los ojos. Creía que soplaría las velas dentro de una cierta armonía familiar pero la reina Letizia lo ha impedido. ¿Qué ha ocurrido? Te lo explicamos todo a continuación.
Elena nació en medio de rumores de divorcio
El 20 de diciembre de 1963 la reina Sofía dio a luz a la primera de sus hijas. Elena llegó al mundo en un momento en que ya se hablaba de desavenencias matrimoniales entre sus padres. El runrún era tal que el parlamento griego quiso saber qué pasaría con la dote de la princesa en caso de separación. Nueve millones de dracmas que fueron entregados al contraer matrimonio Sofía y Juan Carlos. Todo fue obra de la reina Federica, que exigió que se aprobara la ley que concedía esa altísima cantidad para su hija mayor.
La infanta Elena fue motivo de felicidad para sus padres pero no consiguió que limaran asperezas. La pareja seguía compartiendo lecho pero por cuestión de nobleza obliga. Había que dar un heredero a la corona que no llegó hasta el tercer embarazo. Ni el rey tenía tacto en la intimidad ni su esposa experiencia sobre cómo comportarse. Un auténtico desastre. ¿Qué preocupa a la infanta Elena para que haya llorado en su cincuenta y cinco cumpleaños? Descúbrelo a continuación.
Las lágrimas de Elena
Elena de Borbón siempre tuvo claro que el trono no era para ella. Aceptó que las cosas eran así y jamás tuvo ningún problema. Lo que sí quería era ejercer labores de representación como miembro de la familia real. Y así ha sido durante años. Sin embargo, la llegada de Letizia hizo que todo cambiara. La reina consiguió que la infanta fuera incluida en el mismo paquete de despedida que su hermana. El estallido del escándalo Noos sirvió para sacarse de encima a Elena. Eso conllevó un gran disgusto para la hija mayor de los reyes eméritos, pues nada había hecho y la hacían pagar por nada.
La hermana de don Felipe creía que las cosas cambiarían tras el perdón a Cristina. La foto del ochenta cumpleaños de doña Sofía auguraba cosas buenas para la familia que no se han cumplido en el caso de Elena. Ella sabe que la responsable es doña Letizia. También culpa a su hermano por dejarse influir de esa manera y no devolverle el lugar que le corresponde. Así las cosas, se comprende que derramara lágrimas el pasado día 20 de diciembre. ¿Cómo puede arreglarse la situación de Elena? Todo, a continuación.
Elena no forma parte del núcleo privado de los reyes
Aunque sonríe, Elena no es feliz. Es una mujer muy familiar y sufre por la desunión de los suyos. Y si a esto se suma el hecho de que don Felipe no cuenta con ella para tareas institucionales, la tristeza está servida. El hecho de que la sombra de Letizia sea tan alargada ocupa y preocupa a la infanta. Sabe que sin ella de su parte nada volverá a ser como antes de Noos. La relación con don Felipe también es muy fría. Se les vio juntos este verano en un acto en Palma y esa calidez que antes tenían brilló por su ausencia. Todo fue puro paripé.
Don Juan Carlos y doña Sofía han intentado solventar la situación de Elena pero no hay manera. Así las cosas, a la infanta no le queda otra que seguir con su vida a la sombra. Sabe que solo cuenta a nivel familiar y cuando están sus padres de por medio. No asiste a las celebraciones privadas de los reyes. Apenas tiene contacto con Leonor y Sofía.
La soledad del rey
La soledad del rey es la de Elena, de ahí que padre e hija estén tan unidos. La infanta se ha convertido en un auténtico puntal para su padre en estos tiempos convulsos. Es ella quien le acompaña en sus desplazamientos a Sanxenxo. A don Juan Carlos le encanta refugiarse en Galicia. Ha encontrado un grupo de amigos que le cuidan y protegen de miradas curiosas y personas interesadas.
En Madrid, doña Elena y don Juan Carlos se frecuentan con asiduidad. El rey suele ir a comer habitualmente a casa de su hija mayor. También estuvo junto a ella en la celebración de su cumpleaños. Es Elena quien mejor le comprende. A diferencia de don Felipe, que insiste en que mejore en su faceta de marido, la infanta cree que su padre tiene derecho a hacer su vida sin tener que someterse a corsé alguno. ¿Qué causó el distanciamiento entre Elena y Letizia? Sigue leyendo.
Lo que distanció a Elena y Letizia
Si algo no gustó a Elena fue el hecho de que doña Letizia quisiera acaparar de esa manera a don Felipe. Si hasta entonces su familia había tenido gran presencia en su vida, el rey cambió para complacer a su esposa. La reina siempre ha insistido en que deben cultivar una vida familiar aparte. En la misma, no hay lugar para los Borbón. Otra cosa son los Ortiz-Rocasolano, siempre bien aceptados en El Pabellón del Príncipe.
Desde su llegada a Zarzuela, doña Letizia ha marcado una línea muy clara entre vida pública y privada. El problema es que Elena no forma parte de ninguna de las dos. La infanta tiene carácter y no se calla. Así las cosas, cuando ha tenido ocasión, le ha dicho lo que pensaba a su cuñada. Han tenido sonadas discusiones y el rey se ha puesto de parte de su mujer.