La princesa Leonor ha incursionado con fuerza en la segunda mitad de su vida. Atrás quedan los días felices donde su única preocupación eran los juegos y el estudio. La heredera se enfrenta estos días a su bautismo de fuego. En Zarzuela están preocupados ante el día D y la hora H de Leonor. Doña Letizia no está tranquila y tampoco don Felipe. Ante sí, Leonor tiene una difícil papeleta que resolver. ¿Qué ha pasado? Te lo contamos todo a continuación.
Una princesa con miedo escénico
> Leonor de Borbón ha demostrado que tiene miedo escénico. La primera muestra se obtuvo durante el tradicional posado de los reyes en Palma. Allí, la princesa buscó la protección de su padre. No quería quedarse sola. Tiene miedo a los flashes y no le gustan las aglomeraciones. Parece sentirse perdida cuando está delante de un grupo numeroso de personas a las que no conoce.
No se sabe si doña Letizia y don Felipe han tenido algo que ver pero el caso es que la heredera no muestra gran predisposición a tratar con los medios. Aunque la reina fue periodista, tanto ella como su marido han decidido que a la prensa, ni agua. Les gustaría recuperar el pacto de no agresión que antaño existía con don Juan Carlos. Sin embargo, los tiempos han cambiado mucho y ya no hay manto que valga.
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El día D y la hora H de Leonor
Tras el baño de masas que Leonor se dio en Asturias, toca ahora aterrizar en Cataluña. La situación no es como para echar cohetes tras la sentencia del procés. Algunos ciudadanos están indignados y nada quieren saber de la monarquía, entre otras instituciones. La heredera viaja a Barcelona junto a sus padres y su hermana para presidir el Premio Princesa de Girona. Dada la complicada situación, algunos sugirieron posponer el acto para mejor ocasión. Sin embargo, fue deseo del Rey que todo siguiera como estaba previsto.
La presión es máxima. De hecho ya ha trascendido la gran preocupación de Letizia por los graves altercados que podrían ocurrir durante la celebración de los premios. Amenazas que los cuerpos de seguridad conocen y que intentan paliar. En las últimas horas sobrevuela Barcelona varios helicópteros policiales para evitar conflictos más allá de los esperados.
Si en Asturias la princesa temblaba y hablaba muy bajito horas antes de la entrega de premios, muchos temen que los nervios se apoderen de ella en Barcelona. Una plaza hostil para la familia real desde que se produjera la abdicación. Nada que ver con la estupenda relación que don Juan Carlos tuvo siempre con el lugar. También la infanta Cristina, que hizo de la Ciudad Condal su casa. Se espera que la familia real no baje del coche hasta la misma entrada del Palacio de Congresos, donde se entregarán los galardones. No parece probable que la heredera estreche manos antes de su acceso al recinto. Sin duda, todo un bautismo de fuego para una adolescente que tiene que acostumbrarse a la realidad del país sobre el que un día reinará.
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El difícil papel de Sofía
> Quieren don Felipe y doña Letizia que su hija menor tenga presencia en los actos donde Leonor es la gran protagonista. Ciertamente, Sofía siempre se muestra muy efusiva con su hermana. Sin embargo, en ocasiones parece perdida debido a que toda la atención recae en la heredera. Los reyes han decidido que don Felipe se ocupe de Leonor y doña Letizia de Sofía. No obstante, en ocasiones, la infanta queda un poco de lado. Es inevitable que la reina se emocione y concentre toda su atención en su hija mayor. Es entonces cuando Sofía ofrece su imagen más vulnerable.
Difícil futuro le espera a Sofía. Aunque puede estudiar lo que quiera, no podrá ejercer su profesión. Al menos no de forma remunerada. Don Felipe decidió que los miembros de la familia real no podían trabajar para evitar así otro Noos. Sin duda, un asunto que se llevó por delante a don Juan Carlos, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín. Los tres han sido expulsados de la familia real para siempre.
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Doña Sofía, en la encrucijada
> Doña Sofía se debate estos días entre el deber a la Corona y su faceta de esposa. No le ha gustado nada que se obviara a don Juan Carlos del discurso que Leonor pronunció en los Premios Princesa de Asturias. Ciertamente, se comprende, porque innegables son los méritos que hizo el rey emérito durante una de las épocas más difíciles del país, la transición.
Don Felipe y su equipo de trabajo han decidido que don Juan Carlos no puede estar ligado a la Corona. Están convencidos de que su imagen daña a la institución y de ahí que le hayan apartado. Esto no hace más que fomentar la desunión familiar. Hay dos bandos bien diferenciados. En uno, los reyes y sus hijas. En el otro, don Juan Carlos y las infantas Elena y Cristina. Y en el medio, doña Sofía.