Está claro que durante la entrega de los Premios Mariano de Cavia fuimos testigos del triunfo de doña Letizia Ortiz. Su estilo, la incuestionable elegancia y su belleza opacaron cualquier crítica. Sin embargo, el camino recorrido hasta llegar a este punto no ha sido fácil. No ha habido rosas, más bien espinas. Letizia ha tenido que aprender a moverse en un ambiente, en ocasiones hostil, para el que no fue criada. A entender las intrigas palaciegas y sobrevivir pese a ellas. A escuchar más y hablar menos, pero sobre todo ha tenido que aprender a renunciar.

La historia de Letizia Ortiz Rocasolano parece un cuento de hadas. Su inolvidable «es todo tan hermoso” desde el balcón de Palacio dista mucho de lo que ha tenido que vivir. Ella era una mujer independiente, que había luchado por un sueño de pequeña. Hija de una madre enfermera, un padre con tradición periodística y un abuelo taxista. Su ambición y preparación le llevaron a tener una prometedora carrera profesional. Formar una familia estaba muy lejos de sus intenciones más inmediatas.
El día en que todo cambió
Pero se cruzó en su camino un hombre que la supo cortejar. Su príncipe azul. Su vida se tambaleó de repente. Sus cimientos y pretensiones laborales se convertían, a bote pronto, en una madeja inservible. De la noche a la mañana dejó de ser dueña de su propia vida. Sus pasos comenzaron a ser guiados y en ocasiones dirigidos por la Institución. No pudo decidir el día en que se anunció su compromiso matrimonial. Tampoco despedirse de sus compañeros de viaje por la vida. A partir de aquel gélido 1 de noviembre de 2013, Letizia Ortiz desapareció para siempre.

Una vez casada, todas las miradas se fijaron en ella y comenzaron las insidiosas preguntas. ¿Cuándo dará un heredero a la corona?. ¿cómo una mujer plebeya con abuelo taxista puede llevar el peso de una corona? Pasó de ser una profesional esplendorosa a convertirse en una mujer cuyo objetivo era procrear. Y dar a luz a un varón. Tensión que con el tiempo se ha dulcificado, puesto que ha asegurado la continuidad de la corona. Aunque sea sobre la testa de su hija, la ahora Princesa de Asturias.
Pero el mayor de los sacrificios que ha tenido que realizar ha sido renunciar a su libertad. Poco a poco ha conseguido imponer su criterio y ha logrado recuperar parte de su espacio personal. Pero nunca su independencia. No puede tomar decisiones propias. Todas son cuestionadas, vigiladas y debatidas. Porque ser periodista pesa, pero más pesa ser Reina.





























Aguda pregunta la de Enríquez cuando se le plantea el hecho de que qué tipo de cuestiones negativas observó durante el matrimonio que no lo hiciese en los anteriores años de convivencia. Y como si de una respuesta de examen perfectamente estudiada se tratase, Feliciano ha explicado que «nadie se casa sin estar convencido. Antes de casarme, como en todas las parejas, hubo discusiones, diferencias de criterio, pero yo estaba muy enamorado de esa persona y convencido que el paso del matrimonio iba a ser para toda la vida. Siempre pensé que los problemas que pudieran surgir los iba a superar».

















Karmele Marchante ha sido uno de los rostros emblemáticos de Sálvame. Sin embargo, todo toca a su fin. A partir de ahora, la colaboradora empieza una nueva vida. ¿Es Karmele una de tus periodistas favoritas? Si es así, habrás cambiado de opinión cuando leas nuestras diez razones para odiarla.
Karmele Marchante es muy interesada. De hecho, cuando tenía su web y alguien la contactaba para intercambios o colaboraciones, respondía: “Si no me ofreces dinero, no estoy interesada”.




Son poquísimos los personajes que descuelgan el auricular cuando la Marchante telefonea. La mayoría está en su contra por su afición a la fábula. El resto, simplemente la ignora.
Que en los últimos años Karmele se haya acercado a los sectores independentistas catalanes no es más que una manera de buscarse la vida.
Pocas amistades le quedan a la Marchante por su afición al critiqueo y también por sus celos constantes en cuanto al éxito profesional. No le tengan pena, siempre tendrá a Pilar Rahola ¿O no?























En estos días, la Carra se encuentra en España y es aquí donde se subirá al escenario por última vez. Y lo hará con motivo de una gala especial que se prepara para conmemorar el 60 aniversario de TVE. Sin duda, algo muy especial para la italiana, que también reinó en nuestra televisión pública, con permiso de la RAI.




