Es un secreto a voces: la esposa de don Felipe VI no soporta a su suegra. Ahora, alguien muy cercano a Zarzuela ha confirmado que la relación entre ellas es, cuanto menos, complicada. La reina Sofía ha sufrido durante años las humillaciones de doña Letizia, y se acaba de revelar uno de los mayores desplantes que todavía hoy desconocíamos. ¿Quieres conocer más detalles sobre esta polémica? Sigue leyendo, te contamos todos los detalles a continuación.
Dos reinas enfrentadas
> De un tiempo a esta parte, podemos ver a doña Letizia más unida que nunca a su suegra. La última vez ocurrió hace solo unas semanas, cuando ambas pasearon por el Rastrillo Nuevo Futuro como si de dos amigas de toda la vida se tratase. Numerosos medios se hicieron eco de la buena relación que parece haber entre ellas, pero los expertos en Casa Real aseguran que tan solo se trata de un burdo paripé. Desde Zarzuela trabajan en un lavado de cara de la reina Letizia, cuya imagen se vio muy deteriorada desde el infame rifirrafe que tuvo lugar a la salida de la Catedral de Palma de Mallorca en abril de 2018. “La sociedad no le va a perdonar el tremendo feo a la madre tan querida de su marido, abuela de sus hijas y reina de España antes de que ella fuera esposa, madre y consorte del rey”, sentencia Jaime Peñafiel en el libro que acaba de publicar: Anécdotas de oro.
Pero el cronista experto en Casa Real no se ha quedado ahí, sino que ha revelado otros desplantes que doña Letizia dedicó a la reina Sofía y que, hasta ahora, no habían trascendido a la opinión pública. ¿Quieres saber de qué se trata? Sigue leyendo, te lo contamos en la página siguiente.
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El mayor desplante de Letizia
> Aunque ahora parezcan uña y carne, hubo una época en la que la reina no disimulaba su animadversión hacia doña Sofía. No se mordía la lengua y le hacían falta pocos motivos para cargar contra la madre de su esposo, ya sea de forma pública o de puertas de Zarzuela para adentro. “Es una mujer incapaz de controlar los desplantes a su suegra”, aclara Jaime Peñafiel en su libro, Anécdotas de oro. En las páginas siguientes, el periodista revela uno de los mayores descaros que recuerda de la reina Letizia, cuando todavía era una recién llegada a palacio.
Era verano de 2006 y Ortiz acompañó a la griega a comprar en una joyería, mientras cargaba en brazos con doña Leonor, de apenas un año. Por todos es sabido que a la esposa de don Juan Carlos I le encanta pasar las horas muertas buscando y rebuscando entre las tiendas, una actitud que colmó la paciencia de la soberana. “Entraba y salía del establecimiento. Hasta que cansada de esperar o porque alguien quiso hacer una caricia a la niña, se asomó a la puerta de la joyería, al tiempo que decía a doña Sofía:¡Vámonos ya!». Una insolencia que no sentó nada bien a la griega, y que por desgracia volvió a repetirse pocas horas después.
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La falta de respeto de Letizia
> Tal y como recoge Jaime Peñafiel en Anécdotas de oro, a la reina no le valió con meter prisa a su suegra solo una vez, sino que le hizo llegar su hartazgo en varias ocasiones. “O no era su día o estaba disgustada o sabe Dios qué le pasaba. Pero esta actitud desconsiderada se volvió a repetir poco después”, avisa el periodista. Por lo visto, doña Sofía quería descubrir los productos de otra tienda cuando Letizia la interrumpió con una de sus órdenes: “¡Vámonos de una vez!” Pero, ¿de dónde viene esta actitud tan impertinente? El cronista experto en Casa Real considera que, por mucho que lo intente, Ortiz nunca podrá desprenderse de ese carácter terco y tosco que la define. “Lo que sucedió pudo ser, más que una falta de respeto o consideración, que lo era, ese pelo de la dehesa que, cuando menos esperamos, se nos ve”, concluye.
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La vergüenza de Letizia tras salir del baño
> La reina ha echado las cruces a Peñafiel, teniendo en cuenta lo que ha rajado de ella en su último libro. Además de los desplantes a doña Sofía de los que hemos hablado anteriormente, el periodista también ha revelado una de los episodios más vergonzosos que doña Letizia vivió tras ir al cuarto de baño. Ocurrió en el aeropuerto de Miami, cuando ella y don Felipe regresaban de su viaje de novios. Tras los terribles atentados del 11-S, las medidas de seguridad eran tan extremas que las autoridades no hicieron excepción alguna a la hora de revisar las maletas del entonces príncipe de Asturias y su esposa. “Felipe, ¿cómo dejas que nos registren?”, espetó la soberana.
Pero lo peor llego poco después. Finalizado el cacheo, doña Letizia advirtió que necesitaba ir al baño. Un agente le indicó que volvería a registrar su bolso una vez regresara del aseo, y así sucedió. “Sufrió un ataque de indignación, gritando que aquello era humillante, un insulto”, reza Peñafiel en su libro. Por lo visto, el altercado alcanzó tanta relevancia que el secretario de Estado norteamericano tuvo que llamar a Zarzuela para pedir disculpas por lo sucedido. La furia de Ortiz casi nos cuesta un conflicto diplomático.
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Letizia, odiada entre los Borbones
> Este carácter le ha costado la relación con buena parte de su familia política. A nadie debe pillarle de sorpresa que doña Letizia y sus cuñadas, las infantas Elena y Cristina, no se llevan precisamente bien. Especial inquina siente hacia la primogénita de los reyes Juan Carlos I y Sofía. Por lo visto, cuando esta se divorció de Jaime de Marichalar, la reina se puso de parte del empresario. Un gesto que la hermana del rey Felipe VI nunca le perdonará, y que supuso el comienzo de una relación marcada por el resentimiento.