La infanta Pilar era uno de los puntales de la familia Borbón. A su casa acudían tanto don Juan Carlos como doña Sofía buscando consejo. En especial, la reina, a quien Pilar ayudó muchísimo cuando las cosas entre ella y su hermano estaban peor que nunca. Paradojas del destino, su muerte ha unido a los reyes eméritos. Te contamos la historia de este reencuentro a continuación.
El difícil comienzo entre Pilar y Sofía
> Doña Sofía no entró con buen pie en la familia de su marido. Para entonces, don Juan rivalizaba con don Juan Carlos en la lucha por el trono. Veía el patriarca de la familia que su hijo podía saltarle dada su buena relación con Franco. Una guerra fratricida que se acabó cuando don Juan de Borbón cedió el trono a don Juan Carlos. La relación entre ellos siempre fue muy complicada.
La infanta Pilar siempre estuvo muy unida a su padre. Eso hizo que cuando don Juan Carlos y Sofía viajaban a Estoril, lugar donde vivía don Juan y su familia, la tensión fuera mucho. En aquellos días, Pilar creía que su hermano le hacía la cama a su padre. No confiaba en él. Tres cuartos de lo mismo pasaba con doña Sofía. El distanciamiento fue en aumento y eso impuso un muro de separación que solo los años consiguieron derribar.
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La muerte de Pilar reconcilia a Juan Carlos y Sofía
> Para doña Sofía, la infanta Pilar ha jugado un papel muy importante en su matrimonio. Ha sido ella quien la ha contenido cuando lo suyo con Juan Carlos estaba en crisis. La pareja ha pasado momentos terribles. Él quiso separarse y luchó por conseguir la libertad. Debido a los problemas que la abdicación supuso, don Juan Carlos se negó a acudir al ochenta cumpleaños de doña Sofía. Ahí estuvo doña Pilar, entre otras personas, para convencerle de que cambiara de parecer. No se sabe cómo lo hacía pero siempre lo conseguía.
En contrapartida, doña Sofía siempre apoyó las causas de su cuñada. Era fiel a la cita anual del Rastrillo. También ha estado presente cuando Simoneta Gómez-Acebo, hija de la infanta Pilar y Luis Gómez-Acebo, la necesitaba para que acudiera a algún evento relacionado con la firma de joyería donde trabaja desde hace años. Fue en casa de doña Pilar donde doña Sofía se refugió el día en que Iñaki Urdangarín ingresaba en prisión. A ella le hubiera gustado acompañar a Cristina pero no pudo ser. Don Felipe no cedió. Es en la hora del adiós a Pilar cuando don Juan Carlos y doña Sofía se han vuelto a unir. Juntos están intentando superar la pena por esta muerte. La infanta, al igual que en vida, ha conseguido reconciliarles en muerte.
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La mala relación de Pilar y Letizia
> La infanta Pilar, tras escarmentar, adoptó una frase: “De mi familia no hablo”. No obstante, quienes la conocieron saben que Letizia nunca fue de su agrado. En público manifestaba que era estupenda pero otra cosa era en privado. Doña Pilar se enfadó muchísimo por la forma en que Letizia se vengó de don Juan Carlos. La consideraba con arte y parte en la retirada de la vida pública del rey emérito. La infanta creía que su hermano hubiera merecido otra despedida.
Con su sobrino las relaciones tampoco eran muy fluidas. Nunca entendió Pilar que lo condenara al ostracismo sin tener en cuenta lo mucho que había hecho por la institución. A Letizia la caló desde el principio y siempre estuvo a la defensiva. Era del mismo parecer que don Juan Carlos, que manifestó a sus íntimos amigos, Los Albertos, sobre la doña Letizia: “Es lo peor que ha entrado en la Casa en años”. También se le atribuye otra frase al rey emérito en los días del compromiso: “Lo mejor de arriba se ha juntado con lo peor de abajo”. Para doña Pilar, también eran imperdonables las humillaciones que Letizia hacía doña Sofía.
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La infanta Cristina llora por su tía favorita
> La infanta Cristina agradeció muchísimo el apoyo que su tía Pilar le mostró públicamente cuando Iñaki Urdangarín tuvo que entrar en prisión. Siempre pudo contar con ella. Además, doña Pilar hizo público lo que pensaba sobre la cuestión durante el juicio: “Nadie es culpable hasta que los jueces lo digan. Con lo cual, a callar”. Posteriormente, expresaría: “Pobre chica, lo ha pasado mal”.
Sincera y directa, como muy Borbona definen quienes conocieron a la hermana de don Juan Carlos. Ella sabía que se acababa y aun así quiso seguir con su ritmo habitual. Vivía al día y disfrutaba todo lo que podía de los suyos. Sus hijos la adoraban y están destrozados tras su adiós. Lo mismo les ocurre a don Juan Carlos y doña Sofía, a quienes su pérdida ha reconciliado. Juntos intentan sobrellevar la pena. No es fácil.