Por todos es sabido que el padre de don Felipe VI no guarda mucho aprecio hacia su nuera. La tensión impera en la relación que ambos mantienen, y don Juan Carlos I se ha cansado de tan desagradable situación. Así, el monarca ha tomado una drástica decisión que lo alejará de doña Letizia de forma definitiva. ¿Quieres saber de qué se trata? Sigue leyendo, te contamos todos los detalles a continuación.
Letizia y Juan Carlos, una relación complicada

> La reina llegó a Zarzuela como un auténtico terremoto. No disimulaba sus intenciones de revolucionar la Monarquía, y así lo ha hecho. Don Juan Carlos nunca miró con buenos ojos a su nuera, pero guardaba silencio con tal de mantener la paz con su hijo. La relación de doña Letizia con su suegro siempre ha estado marcada por la tensión, pero el punto de inflexión llegó cuando se produjo el infame rifirrafe entre doña Sofía y Ortiz a la salida de la Catedral de Palma de Mallorca. El monarca nunca perdonó aquella humillación a su esposa y ese desaire marcó un antes y un después en Palacio. El Borbón siempre intenta evitar a la mujer de don Felipe, pero le resulta bastante complicado teniendo en cuenta que residen en el mismo espacio. Cierto es que poseen pabellones bien diferenciados, pero es inevitable que coincidan de vez en cuando.
Doña Letizia ha intentado apartar a don Juan Carlos de la Corona poco a poco. Ella presionó a don Felipe VI para que convenciera a su padre de abdicar en él, con el aislamiento que esto implica. Ahora, ha sido el monarca quien se ha plantado ante su nuera, y ha tomado una drástica decisión que la mantendrá alejada de forma definitiva. Se trata de una medida sin precedentes en Zarzuela… ¿Quieres saber de qué se trata? Sigue leyendo, te contamos todos los detalles en la página siguiente.
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La drástica decisión de don Juan Carlos

> El monarca se ha cansado de compartir palacio con doña Letizia. A sabiendas de que ahora ella ostenta el poder, asume que debe ser él quien abandone Palacio para poner tierra de por medio con su nuera. Así, tal y como ha revelado Pilar Eyre en su columna de la revista Lecturas, el Borbón ha empaquetado sus cosas y se ha despedido de la que ha sido su casa durante cincuenta años: “Ya no vive en Zarzuela”. Según la cronista experta en realeza, la residencia oficial “le despierta profunda aversión y tristeza” porque le recuerda tiempos mejores, en los que todo “estaba lleno de risas y movimiento cuando los príncipes eran pequeños”, y en los que “entraban sin anunciarse sus amigos íntimos”. Pero ya no queda nada de eso.
Las infantas hacen su vida muy alejadas de El Pardo, y en su primogénito solo ve a un intruso que le ha arrebatado su trono. “Lo más duro quizá fue que su despacho sería ocupado por don Felipe, mientras a él se le adjudicaba un lugar desangelado, sin siquiera calefacción”, mantiene Eyre. El monarca ya no siente Zarzuela como su casa e incluso le molesta “encontrarse por los pasillos con los visitantes de su hijo. Le resultaba muy humillante e influía en su estado de ánimo, que tiende a la depresión”. Con todo esto encima, la cronista asegura que Palacio se ha convertido para don Juan Carlos en “una prisión siniestra y hostil, en la que no soportaba estar más de un día, pero ¿dónde ir?”. Sigue leyendo para conocer la respuesta.
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El nuevo hogar de don Juan Carlos

> Por lo visto, el Borbón barajó tres opciones para convertirlas en su nueva residencia. Pensó en Mallorca y Barcelona, pero finalmente eligió su querido Sanxenxo para empezar su nueva vida alejado de Zarzuela. En esta localidad gallega ha pasado algunos de los mejores momentos de su vida, muy ligados a una de sus pasiones: las regatas. Las fuentes con las que Eyre ha consultado indican que podría haberse mudado a casa de su gran amigo Pedro Campos, el presidente del club náutico, poniendo patas arriba la vida de toda la familia. “No es un huésped fácil, ya que la seguridad, sus propias necesidades y sus dificultades de movimientos han trastocado totalmente” su día a día.
Aun así, Pedro lo ha recibido con los brazos abiertos y se muestra encantado de contar con la presencia de don Juan Carlos en su casa. Allí, el monarca se siente muy querido, rodeado de personas de confianza que mantendrán la boca cerrada. “Son tan fieles que aceptan los gastos onerosos que representa tener al abdicado rey como huésped sin una sola queja”, apunta Pilar Eyre. Tanto es así que ha sido Campos y el resto de su círculo íntimo de Sanxenxo quienes más lo han apoyado tras la muerte de la infanta Pilar. Ellos le han dado el arropo y cariño que no le llegó de su propia familia. Todos le dieron la espalda. Sigue leyendo para conocer más detalles.
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Juan Carlos, solo y sin familia en su peor momento

> La infanta Pilar perdía la vida el pasado ocho de enero a consecuencia del cáncer de colon que padecía desde hace tiempo. Fue un duro varapalo para don Juan Carlos, que de un tiempo a esta parte estuvo muy unido a su hermana mayor. De seguro que al monarca le costará reponerse, y ni siquiera cuenta con el apoyo de su familia para superar este bache tan complicado. “Ni su mujer, con la que no tiene trato y, si se ven, solo intercambian palabras airadas. Tampoco su hijo Felipe, ocupado en lidiar con un país difícil y una mujer con mucha personalidad. Ni Cristina, con la que apenas se habla, pues se interponen siempre las reclamaciones y súplicas de la hija acerca de su marido”, apunta Pilar Eyre en su columna de Lecturas.
Según la periodista, el monarca solo pudo contar con el arropo de su primogénita, la infanta Elena, “pero es difícil abrir tu corazón a una hija, por muy querida que sea”. Solo y desamparado, a don Juan Carlos no le ha quedado más remedio que abandonar Zarzuela para refugiarse en los que todavía le aprecian, sus amigos de Sanxenxo.