La heredera universal de la Jurado está alejada de sui familia desde hace ya demasiados años. No se dirige la palabra con prácticamente nadie del clan, salvo contadas excepciones en las que alguna tía o prima recibe noticias difusas de ella. La soledad de Rocío Carrasco comenzó con la muerte de su padre, el boxeador Pedro Carrasco, que tuvo lugar en 2001. Por aquel entonces, desde su círculo íntimo ya se deslizaba que estaba empezando a distanciarse de la mayoría de sus seres queridos, un proceso que terminó con un amargo final que pocos entienden: el enfrentamiento con sus propios hijos. Así fue el principio del fin de la primogénita de la Jurado.
Huérfana antes de los 30
> Rocío Jurado y Pedro Carrasco formaron una bonita familia junto a su primera y única hija, Rocío Carrasco, pero el dulce sueño que vivieron durante 16 años terminó antes de lo esperado y decidieron divorciarse en 1989. La separación fue un proceso amistoso y de mutuo acuerdo, y aunque l custodia de la niña -que por aquel entonces tenía 12 años- recayó sobre la cantante, el boxeador nunca se separó de ella y evitó convertirse en la típica figura de padre ausente que surge tras las rupturas. Ambos estaban muy unidos, y por eso fue un terrible palo para ella perderlo cuando todavía era muy pronto, el 27 de enero de 2001. El deportista tenía solo 57 años y falleció víctima de un infarto, dejando a sus seres queridos sumidos en la más profunda de las penas.
El funeral tuvo lugar al día siguiente, en el Cementerio de Carabanchel. Hasta allí acudieron los familiares y amigos de Pedro Carrasco, y se pudo ver a una Rocío Carrasco completamente devasta, acompañada de su pareja, Fidel Albiac, y de su madre, que también se presentó con Ortega Cano. La muerte de su padre supuso para la madrileña un terrible varapalo del que le costó sobreponerse, y solo cinco años después también tuvo que despedirse de su madre. Rocío Jurado falleció a consecuencia de un cáncer de colon contra el que había luchado con todo su empeño, y su heredera universal quedó huérfana antes de alcanzar la treintena. Este fue su principio del fin en el clan.
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El principio del fin de Rocío Carrasco
> Tras la muerte de Pedro Carrasco, empezaron a sonar con fuerza rumores que se referían a un supuesto distanciamiento entre el boxeador y su hija que se produjo días antes de fallecer. Por lo visto, su relación no era tan idílica como todo el mundo pensaba, y la viuda del deportista, Raquel Mosquera, aclaró estas habladurías en una polémica entrevista. La peluquera confirmó que Rocío Carrasco y su padre protagonizaron una tremenda discusión durante la noche de Reyes, y que desde ese momento no se dirigían la palabra. Dieciséis días después, el campeón de Europa de los pesos ligeros perdió la vida sin haberse reconciliado con ella. Un peso que la madrileña siempre cargará a sus espaldas…
“Pedro llevaba muy mal el distanciamiento con Rocío Carrasco. Sufrió mucho. Yo no podía ver a mi marido así… Yo convencí a Pedro de comprar unos regalos y llevárselos a los nietos, para así entrar en una conversación y arreglarse. Fuimos y estaban Rocío y Fidel. Y la conversación que tuvieron, conmigo se irá a la tumba. Pedro, cabizbajo, me cogió de la mano y me dijo ‘cariño, vámonos’”, reveló Raquel Mosquera en una entrevista en Sábado Deluxe. De hecho, la viuda del boxeador fue más allá y llegó a insinuar que su marido sufrió el infarto que le quitó la vida por culpa de su disputa con su hija, unas duras declaraciones que le costaron, como no, una demanda de parte de la aludida.
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El verdadero trauma de Rocío Carrasco
> A día de hoy, la heredera universal de la Jurado no se dirige la palabra ni con sus hermanos, Gloria Camila y José Fernando, ni con sus hijos, Rocío y David Flores. La revista Lecturas data el comienzo de estos distanciamientos en los días posteriores al fallecimiento de Pedro Carrasco. “El día que las lágrimas por su padre muerto empañaban sus ojos, empezaba a alejarse de todos los suyos”, explican desde el medio citado anteriormente. La primera en sufrir la indiferencia de Rocío Carrasco fue su madrastra, Raquel Mosquera, con quien no volvió a tener contacto tras el funeral del boxeador. “Aunque muchos han asegurado que nunca fue de su agrado, había tenido siempre una relación afable con ella”, indica el magacín. Por lo visto, las diferencias entre ellas empezaron a surgir a raíz del reparto de la herencia del deportista andaluz.
“El que hizo el reparto era amigo de Rocío Jurado, por lo que tiró por la hija y no por mí. Además, yo no fui con un abogado, Rocío sí. Salí muy mal parada. Me pidieron un reloj de oro de Pedro y una escultura, pero ninguna foto suya”, explicó en su día Raquel Mosquera, dando a entender que el único interés que Carrasco tenía en los recuerdos de su padre era económico, y no sentimental. Teniendo en cuenta todo esto, parece que la muerte del boxeador marcó un antes y un después en la vida de su primogénita, y desde entonces no ha vuelto a ser la misma… ¿Será este trauma el responsable de la nefata situación que atraviesa en este momento?
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“Fidel Albiac no gustaba ni a Rocío Jurado ni a Pedro Carrasco”
> Lo cierto es que las primeras rencillas que la heredera universal de la más grande empezó a tener con su familia coincidieron en el tiempo con el comienzo de su relación con Fidel Albiac. Los rumores oscuros siempre han señalado al abogado y son muchos los que lo tachan de culpable de la mala situación que atraviesa Rocío Carrasco con buena parte de su clan, incluidos sus propios hijos. De hecho, parece que ni a su madre ni a su padre les agradaba como nueva pareja de su hija. “Cuentan que Fidel Albiac, el nuevo amor de su hija, nunca fue del agrado de Pedro Carrasco, que, según su viuda (Raquel Mosquera), se fue del mundo alejado de la niña que tanto había querido”, explican en la revista Lecturas.