Con motivo del 53 cumpleaños del rey Felipe, Pilar Eyre ha querido recordar en su sección de la revista Lecturas la odisea que supuso para los reyes Juan Carlos y Sofía tener un heredero. Y es que del nacimiento de Felipe dependía el futuro de su reinado y llegar al trono, el cual se disputaban con el primo del emérito, Alfonso de Borbón.
La presión que sintió Sofía, tal y como relata Eyre, fue tal, que durante el embarazo de su hijo no podía parar de llorar y ni siquiera dormía… ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!
La difícil lucha de la reina Sofía por tener un hijo
> Las cosas han cambiado mucho dentro de la monarquía española, y es que si bien Felipe y Letizia cambiaron muchas tradiciones instauradas a favor de su hija Leonor, la cuál se convertirá en la primera mujer sucesora al trono, no ocurría lo mismo en 1967.
Y es que según cuenta Pilar Eyre en su sección de la revista Lecturas, el rey Felipe fue un hijo más que deseado, tanto, que su llegada después de que los reyes eméritos, Sofía y Juan Carlos, tuvieran dos niñas, fue como una bendición. «No hay derecho… Vosotros os da igual, tenéis dos chicos y, sin embargo, nosotros, que tanto necesitamos un varón, dos niñas…», se rumorea que le confesó la reina Sofía a un amigo.
Y es que la lucha por el trono estaba en su momento más álgido, ya que don Juan Carlos se disputaba el reinado con su primo, Alfonso de Borbón. Vamos, que para garantizar el futuro de la familia, y así convencer a Franco para que le escogiera como digno sucesor, necesitaba un hijo varón.
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El rey Felipe, el deseado niño que no llegaba
> Don Juan Carlos y Doña Sofía ya habían tenido dos preciosas niñas, Elena y Cristina, y comenzaban a desesperarse y a sentir la presión. «Debo tener un chico, los Borbones son muy escasos en hombres», le llegó a suplicar la emérita a su ginecólogo. Además, a eso se sumaba la continúa exigencia de su madre, Federica de Grecia: «Solo con un hijo desbancaréis al primo Alfonso, que conspira por el trono», no dejaba de repetirle.
Y es que por si eso no fuera suficiente, la reina tenía ciertos problemas de salud derivados de sus anteriores partos, que tal vez le impedirían traer al mundo a tan ansiado heredero. «Por las dificultades que he tenido en mis anteriores partos, esta es mi última ocasión de quedarme embarazada; si no doy a luz a un heredero, habremos perdido nuestra oportunidad de reinar en España». Una íntima confesión de una jovencísima reina Sofía que quedaba oculta en una conversación con un amigo. Y es que ya poco después de casarse, la emérita sufrió un aborto, el cuál se tapó con una apendicitis, según cuenta Pilar Eyre.
«La princesa corrió a Atenas a refugiarse en los brazos de su madre ante la primera infidelidad de Juan Carlos. Fue la primera vez que quiso divorciarse, pero fue disuadida, tanto por su madre como por el propio Parlamento», ha relatado la periodista en Lecturas. «Si la princesa se separaba, debía devolver su dote de nueve millones de dracmas al pueblo griego, por lo que Sofía decidió que lo más conveniente era regresar a España al lado de su marido».
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El momento en el que el rey Juan Carlos perdió el conocimiento
> Después de esa primera crisis, la reina Sofía tuvo a sus dos hijas, y aunque según lo que contaron, ambos partos habían ido muy bien. «Mis embarazos fueron muy buenos», revelaba la emérita, parece que no fue así. En realidad, según cuenta Pilar Eyre, la reina pudo tener dos cesáreas, tres si contamos la del parto del príncipe Felipe, lo que explicaría también porque no tuvo más hijos, y es que no es recomendable para una mujer someterse a una cuarta cesárea.
«Cuando dio a luz a Cristina tuvo que quedarse en el hospital una semana más de lo convenido, y cuando una enfermera indiscreta contó a los periodistas que la paciente tenía fiebre, fue amonestada y desmentida por una indignada princesa. Es probable que Sofía tuviera a sus dos hijas mediante cesárea y no se quisiera hacer público para no sembrar dudas sobre el futuro de la monarquía».
Tal y como añade Eyre, «los nueve meses de esa última gestación fueron de una tensión inmisericorde, sintiendo el aliento en la nuca de las nueve generaciones de procedentes de Borbones». «Sofía estaba muy preocupada, lloraba, no dormía… Estaba muy nerviosa». E incluso Don Juan Carlos lo sufrió tanto, que cuando al fin le comunicaron el nacimiento del actual rey Felipe, se desmayó. «Ha sido un machote excelencia, como su padre», dicen que le comunicó a Franco vía telefónica.
Y es que según Eyre, el momento en el que Juan Carlos conoció a su hijo, puede que fuera uno de los pocos instantes en que sintió amor, o a menos agradecimiento, hacia su mujer. Seguramente, incluso lloraron de alivio y emoción, porque al fin lo habían conseguido y el trono de España era suyo definitivamente. Luego, vendrían los escándalos, las infidelidades… ¡y es que los 53 años de vida de Don Felipe de Borbón han dado para mucho!