Kiko Matamoros tiene que hacer frente a un nuevo enemigo. El colaborador emprendió una guerra contra su exmujer y, desde entonces, ha recibido tantos golpes que ha estado a punto de rendirse. No obstante, su recorrido por los platós parece estar muy bien pagado, y ha seguido defendiendo su testimonio con mucha fuerza. Sin embargo, hay alguien que está dispuesto a pararle los pies: su hija pequeña, Anita.
La joven saltó a los medios de comunicación por la fama de sus padres, y se ha convertido en una de las influcencers más cotizadas del momento. Ya no necesita el apellido Matamoros para trabajar, así que, lo ha borrado fulminantemente de su vida. Anita está cada vez más cerca de su madre, no consiente los ataques que está recibiendo por parte de Kiko, y está dispuesta a cualquier cosa con tal de hacerle entrar en razón. ¿Sabían que ha celebrado una fiesta para conocer el sexo de su futuro sobrino?
Todo iba hasta que Kiko empezó su relación con Marta López, una joven influencer que desató el odio de Anita. La hija pequeña del colaborador se encargó de hacerle la vida imposible a su rival, y empezó así una guerra que ha tenido un dramático final. Matamoros exigió que respetase a su nueva pareja, y la advirtió que no iba a tolerar más faltas de respeto. Sin embargo, Anita siguió tensando la cuerda, y Kiko se vio obligado a ponerse del lado de su novia. “No quiero tener ningún tipo de relación con ella, solo quiero que hable con su padre”, comentó Marta después de que su enemiga retirara la palabra al tertuliano. Siguiente: ¿Quieren saber cómo se ha vengado Kiko Matamoros? ¡Menudo cambio!: de niña mimada a influencer problemática
> Kiko Matamoros ha confesado en más de una ocasión que tenía debilidad por su hija pequeña, Ana. El colaborador contó que era la primera vez que había podido ejercer como padre, y que tenía una estupenda relación con la joven. Estas declaraciones le sentaron muy mal a otra de sus hijas, Laura, quien terminó distanciándose del tertuliano, y perdiendo la relación con él durante un tiempo. Kiko estaba muy orgulloso de su niña, y no paró de colmarla de caprichos: un coche, bolsos de 1.000 euros, viajes exóticos, y una infinidad de lujos que despertaron el recelo del resto de sus hermanos. Sin embargo, el tertuliano siempre ha dado la cara por Anita, y no ha consentido que nadie la reprochara nada.
