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Don Juan Carlos está tan deprimido que podría volver a pedir disculpas a los españoles

Esta es la premisa con la que parte la columna de la periodista Pilar Eyre, en la revista Lecturas. La comunicadora ha comenzado el artículo contando como es la situación actual de Don Juan Carlos: «Abu Dabi. 45 grados de temperatura. Sensación: 53 grados, con 44 por ciento de humedad. Aquí vive Juan Carlos de Borbón desde hace dos años».

Aunque como destaca más que vivir vegeta, «porque dice que tiene el ánimo por los suelos» «Y ya no le parece tan descabellado redimirse de su triste suerte pidiendo disculpas a los españoles por su comportamiento», señala. Un pensamiento que cada día se repite cada vez más en su cabeza, especialmente después de que la reina Sofía se haya trasladado junto a su hermana Irene al Palacio de Marivent, en Mallorca o, en otras palabras, el paraíso del emérito.

La distancia de Sofía y Felipe VI con Don Juan Carlos

Don Juan Carlos está tan deprimido que podría volver a pedir disculpas a los españoles

> Teniendo en cuenta el calor que hace en la capital de Emiratos Árabes el rey, «está encerrado entre cuatro paredes todo el día», resalta la comunicadora, «o salir, ni siquiera a nadar en la piscina algo muy necesario para sus problemas de movilidad«. Una circunstancia que no parece importarle mucho a Sofía. La experta en la monarquía española no cree que esta sienta aversión por su todavía marido, ni tampoco amor, «sólo le resulta indiferente«.

Y es que, hace años que hacen vidas separadas. De hecho, el emérito le confesó a su amante, Bárbara Rey, que su matrimonio estaba roto, «desde que nació el príncipe Felipe«, y que no podía soportarla. Tanto que hace décadas que no se hablan de forma íntima y personal, «Juan Carlos no consideró necesario despedirse de ella cuando se fue de España».

La historia entre Bárbara Rey y Don Juan Carlos comenzó cuando la primera estaba haciendo campaña para la candidatura del que fuera presidente del Gobierno de 1976 hasta 1981, Adolfo Suárez, el que les presentó en los años setenta. Señor, os presento a una amiga, Bárbara Rey. Es de Totana y actriz, pero tiene mucha clase”, le comentó el mandatario a su amigo.

Inmediatamente la vedette se enamoró del monarca casado, por supuesto, con Doña Sofía. De hecho, fue la misma Eyre la que desveló que los amantes se encontraban en la zona madrileña de Boadilla del Monte, aprovechando que los niños de la artista estaban con su padre, Ángel Cristo, y el servicio estaba de vacaciones.

En cuanto al estado de salud del padre de Elena, «lo que es la salud física bien, pero de moral está auténticamente hundido, este aniversario es mortal para él. Su venida a España en mayo ha sido demoledora, las consecuencias, durísimas. ¡El severo correctivo que le propinó su hijo en la Zarzuela ha tenido consecuencias nefastas y brutales!». Una bronca que, para que os hagáis un idea empezó con un, «te hablo como jefe de Estado y no como hijo«.

Aunque lo que le molestó realmente al marido de Letizia, fue la arrogancia que mostró cuando los periodistas le preguntaron si pensaba pedir disculpas. «Esa risotada y ese ¿disculpas de qué? enfadaron a su hijo que hace tiempo tiene la esperanza de que su padre reconozca sus errores y pida perdón públicamente».

No es capaz de hacer autocrítica

rey juan carlos Bárbara Rey

> El desánimo de Don Juan Carlos es real, tanto que Eyre afirma que algunos, «lo llamarán depresión en un futuro». Y es que, «a pesar de que su comportamiento aparentemente alegre y superficial, desde niño se ha visto afectado por crisis melancólicas que alterna con estados de ira». Según esta el hijo de Juan de Borbón es capaz de ponerse a llorar con algún recuerdo de su niñez y un minuto después arrancar un teléfono de la pared y tirarlo al suelo porque alguien ha cometido una incorreción». Con todo el respeto del mundo, todo un drama. Una forma de ser que hace que, «encuentre injusto todo lo que le pasa, incluidas las descalificaciones de su último viaje a nuestro país.

«Cuando le sugieren que haga un acto de constricción público se rebela porque, de momento, es incapaz de hacer autocrítica y se considera una víctima de Sánchez y como menciona el mismo emérito, los filoterroristas, independentistas y populistas varios», como decía uno de sus más cercanos amigos», resalta la columnista que no puede dejar de recordar como Juan Carlos dice con amargura acordándose de su abuelo en el exilio romano: «Ahora sólo me queda morirme».

Aunque si su ritmo de lamentación es así, no sé lo que va suceder cuando vuelvan a salir datos sobre el juicio de Corinna, que se está produciendo en Reino Unido, «un país que Juan Carlos admira profundamente, con una monarquía que ha servido de guía y ejemplo para todas las casas reales europeas». Y, por supuesto, también para la suya. En este punto la informadora no puede evitar recordarle que, «un reputado periodista norteamericano está preparando un programa con explosivas declaraciones de la princesa alemana que verá a la luz en octubre«.