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Los beneficios e inconvenientes de la depilación láser diodo

Las técnicas de depilación se renuevan constantemente. En el sector de la estética aparecen de manera continua procesos que son más eficaces y menos invasivos, también menos doloroso, para la retirada permanente del vello. Uno de los métodos que lleva años en tendencia, y que se ha demostrado como altamente productivo, es la depilación láser con diodo, que funciona tanto en hombres como en mujeres.

Esta técnica echa mano de la tecnología láser para eliminar el pelo que está en fase de crecimiento. Es, por tanto, un método de depilación permanente, pero no definitivo, pues no actúa sobre los folículos en fase de caída y los que no pueden ser dañados.

Para saber más sobre este tratamiento, puedes contactar a través de su web con el centro de estética Germaine Goya. Su directora, Carmen Díaz, es la voz experta que nos ha ayudado a saber más sobre la depilación láser diodo.

¿Cómo funciona la depilación láser diodo?

El láser diodo emite un haz de luz que es absorbido por la melanina, que es el pigmento que le da color al cabello y a la piel. Esta energía del láser se transforma en calor y viaja a través del pelo hasta llegar al folículo piloso, la raíz del vello. Ahí produce una termolisis, lo que consigue destruirlo por efecto del calor. Eso sí, este método es solo eficaz en los folílculos que están en fase de crecimiento.

La técnica se utiliza mucho en depilación porque la longitud de onda del láser diodo alcanza folículos profundos sin afectar en exceso a la piel. Es un tratamiento eficaz, seguro y rápido que se ha consolidado como una opción de preferencia para la reducción permanente del pelo en diferentes partes del cuerpo.

Las sesiones de láser diodo permiten eliminar vello de diferentes tonalidades, luego es un tratamiento personalizable. Eso sí, al aplicar el dispositivo sobre la piel, el cliente va a experimentar una sensación de calor y ligeros pellizcos, no excesivamente desagradables, que son el indicador de que el láser está en acción.

Debido a su popularidad, ya que quizás es la técnica estrella para eliminar de manera permanente el vello, muchos profesionales ponen el foco casi en exclusividad en sus ventajas, dejando a un lado sus inconvenientes. Desde el centro de estética Germaine Goya nos explican en el artículo de su blog sobre láser diodo toda la realidad, tanto sus pros como sus contras.

Las ventajas de la depilación láser diodo

Algunos puntos favorables de esta técnica de depilación ya los hemos reseñado anteriormente. Es un método rápido para la eliminación del vello, incluso en zonas extensas del cuerpo. A su vez, sus efectos son duraderos y tras varias sesiones se consigue la eliminación permanente del vello en las zonas tratadas.

Las sesiones con este tratamiento provocan dolor, pero es llevadero. Además, esa sensación desaparece en poco tiempo. Por otra parte, si quien realiza el tratamiento es un profesional debidamente formado y acreditado para estas sesiones, la técnica es completamente segura.

Otra ventaja que comparte con otros tratamientos láser es su capacidad para retirar de manera permanente el vello. Esto ya lo habíamos citado, pero aquí incluimos un elemento interesante, es que no estimula el crecimiento de nuevos folículos pilosos, como sí hacen la cera o el rasurado. Si finalmente crece el pelo, acaba siendo más fino y débil, luego más indefenso frente a otras sesiones de láser, que serán progresivamente más cortas.

Por último, la aplicación de calor estimula la producción de colágeno, lo que favorece una apariencia más elástica y saneada de la piel, con más carga de nutrientes, especialmente en la zona facial.

Los inconvenientes del láser diodo

El lado oculto de esta técnica de depilación también hay que reseñarlo. Uno de los aspectos más controvertidos es que no resulta efectivo cuando el vello es claro, rubio y fino. Es decir, como es absorbido por la melanina, y estos vellos más claros tienen menos contenido de este pigmento, su eficacia se reduce.

Tampoco elimina las canas y es menos productivo en zonas con pelos finos y gruesos a la vez, ya que son zonas que necesitan diferentes longitudes de onda. Por otra parte, el tratamiento no es apto para pieles bronceadas o negras, ya que existe riesgo alto de quemaduras.

Como precaución, no debe aplicarse en las cejas o, de hacerlo, utilizar gafas de protección ocular para evitar el daño en los ojos y la vista. Otra desventaja es la relacionada con el precio, ya que su coste es más elevado que el de otros tratamientos de depilación.

Finalmente, hay que atender bien a la calidad de las máquinas y la zona de exposición, para no generar quemaduras y cicatrices. Todo esto lo podemos evitar, o al menos controlar, si acudimos a centros de estética profesionales y con suficiente prestigio.