Manuel Díaz ha celebrado una rueda de prensa para desvelar todos los secretos que esconde el reencuentro con su padre. Ha podido abrazarle después de 35 años delante de todos los espectadores y estamos en disposición de afirmar que ha sido un reencuentro tan duro como emotivo. Evidentemente Manuel estaba deseando que llegase este momento, pero eso no quiere decir que no haya sido bastante duro para él darse cuenta que ha perdido tanto tiempo en procesos legales y burocráticos que al final no han llegado a ningún lado. La justicia determinó que El Cordobés era hijo de Manuel Benítez, pero el maestro se negó a reconocerle como tal.
En Cotilleo.es hemos conseguido unas declaraciones exclusivas que demuestran que Manuel ha sido muy paciente y que en todo momento ha guardado las formas porque sabía que su padre iba a terminar entrando en razón. Es importante dejar claro que Manuel Díaz ha renunciado a cualquier tipo de compensación económica y ha dejado claro que no está interesado en la herencia de su padre.
Dar este tipo de explicaciones ha sido duro y por eso el reencuentro tiene una parte oscura que muy poco se atreven a contar. Eso no quiere decir que Manuel no se alegre de lo que ha pasado, es más, él mismo ha asegurado que está viviendo uno de los mejores momentos de su vida. ¿Quieren saber todo lo que hay detrás?
Una semana después de escenificar su acercamiento a su padre, Manuel Benítez El Cordobés, Manuel Díaz ha ofrecido una rueda de prensa para desvelar cómo se fraguó su reconciliación. También ha confesado como, después de 54 años deseando tener relación con su progenitor, está viviendo una de las etapas más especiales y emocionantes de su vida. Fuentes cercanas aseguran que ha sufrido mucho. Han corroborado que su dolor ha sido real.
El suceso que lo cambió todo
>Tal y como ha confirmado fue en 2018, a raíz de operarse de la cadera tras sufrir una lesión en plena temporada taurina, cuando «se me apareció la oportunidad de mi vida, la del reencuentro». Y no se lo pensó. Dio el primer paso y aunque en un principio el contacto fue telefónico, no tardó en llegar el día en que decidieron verse cara a cara. Un encuentro en el que, como ha reconocido Manuel, la mujer de su padre, Mari Ángeles, tuvo un papel muy importante. En Cotilleo.es sabemos todo lo que ha contado al respecto. ¿Quieren un adelanto? Manuel Díaz ha encontrado un nuevo apoyo.
«Estaba súper nervioso. Creo que ese día podía haberme desmayado. Tuve que parar en la cuneta de camino porque no paraba de temblar y cuando llegué me estaba esperando en la mitad del camino y salté del coche. Le abracé y escuché por primera vez la palabra que llevaba toda una vida queriendo escuchar. Me dijo: hijo, todo llega. Ya estamos aquí, y esas palabras saliendo de su boca se me clavaron dentro. Se me nubló el mundo«, ha explicado durante la rueda de prensa.
«Es una sensación que no he sentido en mi vida con nadie. No me lo podía creer. Es un ser humano excepcional, muy especial, que te traspasa. Y nos sentamos y le dije: perdona si he hecho algo que no debiera, pero las circunstancias me han obligado. Y él me dijo: Perdóname tú a mí. Y ya está. Es lo que necesitaba. En ese momento nacimos los dos y se paró el tiempo», ha continuado. Es evidente que ha sufrido mucho. El camino hasta llegar el reencuentro ha sido realmente complicado.
Tal y como ha contado Manuel Díaz, cuando se reencontraron volvió a ser un niño que abrazaba a su padre por primera vez y ese momento fue muy especial para todos. «La piel no miente y lo único que yo buscaba era meterme debajo de él, que me acurrucara, notar su corazón. Fue mágico. Sobraban las palabras», sabemos que ha comentado en su intervención.
«Estuvimos un montón de horas hablando de todo. Lo conocía tanto sin haber estado con él. Parecía que nos habíamos visto antes de ayer y se paró el tiempo. No hubo reproches. Lo disfruté tanto que esa noche caí malo», ha confesado. Virgina Troconis, mujer del torero, ha asegurado que todo ha sido bastante difícil.
Manuel Díaz quiere empezar una nueva etapa
>Manuel ha desvelado cómo ha sido su primera conversación con su padre. Los datos que ha puesto encima de la mesa son muy sorprendentes. Demuestran que Manuel Díaz siempre ha necesitado el cariño de El Cordobés. «Le dije: ¿cómo te llamo? ¿Te importa si te llamo papá? y él me dijo: nada, adelante», ha relatado Manuel reconociendo que es algo que le cuesta porque «no lo tengo interiorizado. A veces me sale de dentro pero llega arriba y la cabeza la frena porque me suena raro».
A pesar de este ansiado reencuentro con su padre, Manuel Díaz no tiene pensado cambiar su apellido porque «no me gusta nada ese tema de papeleos. Pero si mi padre me lo pide accedería, aunque ahora mismo no tengo ninguna intención». Quiere dejar claro que su intención no es aprovecharse de nadie.
«Yo estoy ahí para dar, sumar y aportar», ha declarado feliz y repitiendo, una vez más, lo «especial» y «excepcional» que es su progenitor. Parece que ha olvidado lo duro que ha sido durante tantos años. «Es generoso y cariñoso. Imaginaba como podía ser pero ha superado todas mis expectativas», declara. ¿Quieren saber más?
«Lo importante es vivir a partir de ahora y disfrutar juntos. Seguiréis viéndonos juntos, mi padre ya me está proponiendo infinidad de planes y no me los voy a perder. No quiero hablar de tiempo perdido, sino de tiempo ganado. La máquina del tiempo perdido ya se ha parado. Y, como le dije, ojalá pudiese quitarme 10 años de mi vida para dárselos a él», ha asegurado Manuel Díaz sin poder contener una sonrisa al estar viviendo algo que nunca pensó que iba a vivir.
