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Cómo hacer pollo en salsa de tomate para no dejar de untar 

Pocas recetas hay más sencillas que la de pechugas de pollo con salsa de tomate. A groso modo, se comienza por ponerlas un rato a la plancha y se termina dejándolas que se terminen dentro de la salsa, para que se hagan por dentro al mismo tiempo que van cogiendo sabor. A continuación vamos a desarrollar mucho más detenidamente todo el proceso de un plato con el que siempre se acierta porque es raro encontrar personas a las que no les guste el pollo ni el tomate, sus ingredientes principales, que a la vez son además sencillos y baratos de obtener, algo fundamental hoy en día.

Incorporar el tomate

Cómo hacer pollo en salsa de tomate para no dejar de untar 
Hacer bien el tomate también es fundamental

Para finalizar estas pechugas de pollo en salsa de tomate hay que añadir el ajo, mezclar bien y dejar que se haga como un minuto o así. A continuación se incorpora el tomate triturado junto con la hoja de laurel y otras hierbas que se le quieran echar, y después salpimentar y reincorporar igualmente las pechugas de pollo junto con todo el jugo que hayan podido soltar. Se calienta la sartén y, cuando rompa a hervir, se baja el fuego a nivel medio-bajo y se deja que haga chup-chup unos 20 minutos, hasta que la salsa haya reducido a la mitad. A mitad de cocción hay que darle la vuelta a las pechugas. Unos minutos antes de terminar, lo conveniente es probar la salsa y corregir de sal y pimienta. Además, si consideras que fuera necesario, añade media cucharadita de azúcar para reducir la acidez del tomate.