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Cómo hacer pollo en salsa de tomate para no dejar de untar 

Pocas recetas hay más sencillas que la de pechugas de pollo con salsa de tomate. A groso modo, se comienza por ponerlas un rato a la plancha y se termina dejándolas que se terminen dentro de la salsa, para que se hagan por dentro al mismo tiempo que van cogiendo sabor. A continuación vamos a desarrollar mucho más detenidamente todo el proceso de un plato con el que siempre se acierta porque es raro encontrar personas a las que no les guste el pollo ni el tomate, sus ingredientes principales, que a la vez son además sencillos y baratos de obtener, algo fundamental hoy en día.

Consejos prácticos

pollo
Así quedarían perfectas las pechugas

Como en cualquier receta, y esta de las pechugas de pollo en salsa de tomate no iba a ser una excepción, siempre hay algunos consejos o recomendaciones para que todo quede mejor aún. Así, y como sugerencia de presentación, se pueden servir acompañadas de un arroz blanco o una guarnición de patatas. Si se quiere dar un toque diferente, prueba a preparar esta salsa de tomate frito con verduras, ya verás qué bien queda. Cuando se esté dorando el pollo, hay que tener el fuego alegre y que no tarde mucho en hacerse porque queremos que luego el interior se cueza dentro de la salsa. Y si se prefiere, en lugar de tener las pechugas enteras, se pueden trocear en porciones del tamaño de un bocado. Esto viene bien cuando por ejemplo son muy grandes y usas unas tres pechugas para cuatro personas. Así es más fácil repartirlas.