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Cómo hacer pollo en salsa de tomate para no dejar de untar 

Pocas recetas hay más sencillas que la de pechugas de pollo con salsa de tomate. A groso modo, se comienza por ponerlas un rato a la plancha y se termina dejándolas que se terminen dentro de la salsa, para que se hagan por dentro al mismo tiempo que van cogiendo sabor. A continuación vamos a desarrollar mucho más detenidamente todo el proceso de un plato con el que siempre se acierta porque es raro encontrar personas a las que no les guste el pollo ni el tomate, sus ingredientes principales, que a la vez son además sencillos y baratos de obtener, algo fundamental hoy en día.

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Primeros pasos

Hay que dorar las pechugas en una sartén

El siguiente paso para nuestras pechugas de pollo en salsa de tomate, una vez preparado éste, es el de engrasar ligeramente una sartén y calentarla a fuego fuerte. Cuando esté bien caliente, dorar las pechugas de pollo por ambos lados, comenzando por el lado de la piel. Cuando se hayan dorado al gusto, se reservan a parte y se baja el fuego a medio para añadir a la sartén las dos cucharadas de aceite de oliva junto con la cebolla picada. Se sofríe todo ello a fuego medio-bajo hasta que esté bien tierna pero sin que se haya dorado. Esto puede tardar unos 10 minutos. Es conveniente remover con frecuencia para que no se queme la cebolla.