Anoche Masterchef9 vivía una de las expulsiones más dolorosas hasta el momento. Se trata de José María, uno de los concursantes más queridos por el público que se convertía en el segundo expulsado de esta edición, partiendo el corazón no solo de media España sino también de los jueces.
El joven de 18 años de Badajoz llegó al programa con un brillo especial en los ojos y un tormentoso pasado a sus espaldas. Haciendo gala de su valentía, José María logró emocionar a los jueces con la dura historia de su vida. Pero todas las ilusiones del pacense ayer quedaron resumidas a eso, una fugaz ilusión. Y es que, como bien sabemos, cometer un error en Masterchef puede suponer el fin de tu gran sueño. En solo dos capítulos el joven nos ha regalado risas, alegría y muchas ganas de seguir conociéndole. Una lástima que no vaya a poder ser así. Por lo menos se llevó el gran momentazo de poder perrear junto a Mario Vaquerizo al ritmo de Bad Gyal, y sobre todo, el aplauso y amor del público.
El pollo que le costó el futuro a José María
> La prueba por equipos se debatía por primera vez al mando de dos grandes chefs – Álvaro Castellanos e Iván Morales – y no de los propios concursantes. Una ocasión especial en la que los aspirantes trabajaban para la Fundación Banco de Alimentos de Madrid. Lo cierto es que el jurado ha querido sacar a relucir su faceta más solidaria durante esta edición. Faceta que sin embargo, no pudimos ver momentos más tarde con la expulsión de José María.
Un postre desastroso y otros errores convertían al equipo rojo – formado por
María, Jose María, Alicia, Toni, Arnau, Jiaping y Ofelia – en claros perdedores de la prueba por equipos. Como consecuencia, deberían enfrentarse al temido delantal negro que supondría la eliminación de uno de ellos. Con la ayuda de la ganadora de la anterior edición, Ana Iglesias e Higinio Gómez, el pollero de las estrellas Michelin, los aspirantes debían cocinar un plató en el que el ingrediente principal debía ser un ave. Un simple pollo de corral que truncó los planes de futuro de José María. Parecía que todo iba bien para el pacense hasta que, a falta de un cuarto de hora se le chamuscó la salsa que había preparado, la carne se quedó cruda, en fin, la crónica de una expulsión pronunciada. Uno de esos errores ‘tontos’ que en Masterchef puede llegar a costarte el sueño de tu vida.
Así pues, el concursante finalmente no logró superar el reto y se convirtió en el peor de la prueba por un plato de «inacabado», con él alegato final de Samantha «este pollo no se puede comer» que acabó por sentenciar al joven.
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