No hace falta ser un experto en realeza para caer en la cuenta de que el emérito está pasando por un complicado bache a consecuencia de los enredos económicos que llevan su nombre y que han dejado muy tocada su reputación. El rey Juan Carlos se ha visto implicado en un escándalo sin precedentes que ha salpicado a toda la monarquía, y se ha visto obligado a retirarse a Abu Dabi a la espera de que pase el huracán mediático. Allí se siente solo, aislado y alejado de sus seres queridos, y con tanto tiempo para pensar no hace más que revivir el peor trauma de su vida una y otra vez. No puede evitar echar la vista atrás y ahondar en sus pensamientos más tristes y dolorosos. De hecho, ya le han visto derramando unas cuantas lágrimas. ¿Quieres saber de qué se trata y enterarte de todo? Sigue leyendo, te lo contamos todo a continuación.
Juan Carlos se agazapó en un rincón para llorar
> Pilar Eyre ha recordado como fueron los minutos después de la muerte del pequeño Alfonsito. Su padre, don Juan de Borbón, subió las escaleras corriendo y agarró en brazos a su benjamín, por quien ya no se podía hacer prácticamente nada. “¡Jura que no lo has hecho a propósito!”, le habría dicho al entonces príncipe Juan Carlos, que apenas podía reaccionar. Aquella noche, se agazapó en un rincón de la casa y no paró de llorar. Nadie se acercó a consolarlo, tan solo Antonio Eraso, que se acercó a abrazarlo.
“Quiero desaparecer, me meto en un convento… Nunca me voy a recuperar de esto”, le habría dicho el emérito, “con la voz enronquecida de espanto por los hechos que acaban de suceder”, según ha explicado la periodista catalana en la revista Lecturas. Hoy, más de 60 años después, la pena todavía le encoge el corazón y maldice la hora en que apretó ese gatillo. Es el trauma que ni Abu Dabi puede curar.
