Victoria Abril es una de las actrices más polémicas del cine español. Desde sus inicios como azafata del mítico concursante “Un, dos, tres”, descubierta por el genio de la televisión Chicho Ibáñez Serrador, su imagen ha ido de polémica en polémica, rompiendo con familia, directores y amigos.
Una vez más Victoria ha protagonizado un escándalo, terreno donde ella se siente como pez en el agua. En esta ocasión ha traspasado las barreras del mundo cinematográfico, aunque sus desafortunados comentarios precisamente tuvieron lugar durante la presentación de los premios Feroz que le otorga esta edición el galardón de honor a la actriz. Su crítica a la situación sanitaria y sus comentarios negacionistas contra la vacuna, le han puesto de nuevo en el disparadero. ¿Quieres saber más sobre su polémica vida? Sigue leyendo que te desvelamos todos los secretos.
Férrea guardiana de su vida privada
> A partir de finales de los años 70 el despegue de Victoria fue apoteósico, y su vida empezó a complicarse. Su primer y conflictivo matrimonio con Gustavo Laube, futbolista chileno, quince años mayor que ella, fue el principio de una tormentosa vida personal que Victoria ha tratado de llevar de la manera más discreta posible. Fue por amor precisamente por lo que Victoria decidió mudarse a vivir a Francia, y mantener una relación con un cámara llamado Gerard de Battista. Con él comenzó una prolífica carrera en el cine francés, y también sus dos mayores éxitos: sus dos hijos Martín y Félix.
Viviendo en Francia conseguía prestigio y anonimato, para ella y sus hijos, que han sido su valor más importante, tanto que cuando cuidaba de ellos se dedicaba en cuerpo y alma: «Cuando me ocupaba de mis hijos rodaba dos películas al año, ahora en un año he hecho trece” relataba la actriz hace unos años en una de sus escasas entrevistas.
Sus hijos no han seguido los pasos de su madre. Están muy unidos a su madre. El mayor, Martin, nacido en 1990, se dedica a la moda, y dueño de la empresa Bodements, centrada en moda sostenible, con tienda en la India y en París. El pequeño, Félix de 28 años, estudia programación en París, y es un aficionado a los viajes y a la fotografía.
Siempre al margen de la prensa del corazón, ha mantenido a sus hijos en un anonimato deseado por ella, y oculto, tal y como sus demás parejas, de las que poco se sabe. Su último amor un cubano llamado Nicolás, del que la actriz tiene este recuerdo: “le conocí cuando me separé del padre de mis hijos. No encontrábamos taxi y se ofreció. Me di la vuelta y vi a ese pedazo de hombre”, tras ese primer encuentro, continuaron juntos diez años.
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