Rosa Benito luce sus mejores galas todas las semanas en Fresh, la sección de Ya es mediodía, el programa que le ha dado la oportunidad de colaborar después de su paso por Sálvame. Aunque su fichaje le costó críticas por parte de sus compañeros, ahora es feliz dando su opinión en otro programa de Telecinco. Pero en la vida de Benito, no todo ha sido color de rosas. Hubo un tiempo en que lo pasó muy mal, y en el que se vio obligada a recibir ayuda médica. Ingresó en un centro psiquiátrico, y las noticias sobre esto, por aquel entonces, no fueron para nada esperanzadoras. ¿Recuerdas cómo la colaboradora vivió aquellos meses de ingreso psiquiátrico? Te lo contamos todo, a continuación.
Rosa Benito y sus declaraciones más espeluznantes
> La que fuera mujer de Amador Mohedano se ha convertido en lo que siempre ha soñado: una mujer en la que fijarse debido a todos los baches que ha superado con éxito. El ingresar en un centro psiquiátrico fue uno de ellos, por eso, hoy en día presume orgullosa de haberlo hecho, eso sí, asegura que fue horroroso. “Yo estuve en un psiquiátrico. Para mí fue horroroso, pero hoy lo cuento porque creo que la gente que hemos pasado por ahí podemos ayudar a otra gente. No es ninguna vergüenza.
Mi ingreso fue voluntario. Le pedí a la doctora que me ingresase porque necesitaba separarme de todo. Ingresé al día siguiente a las 9:00 de la mañana. Para mí, fue liberador separarme de todo. Mi familia se fue llorando, pero yo me quedé tan bien”, explica sin pudor alguno.
“Estoy curada. Me he tenido que curar del cerebro y del alma. O del corazón. Tenía muchísimas dudas. Durante muchísimo tiempo he luchado en contra de mis sentimientos”, confiesa. Rosa, además, siempre que ha hablado de este tema ha querido recalcar que, un ingreso a tiempo en un centro psiquiátrico no es malo. “No es ninguna vergüenza”, concluye.
No hay duda que, tras vivir uno de los mejores momentos de su vida tras ganar Supervivientes, Rosa Benito supo lo que es bajar el infierno cuando menos lo esperaba. Hoy, cuenta orgullosa sus subidas y bajadas. ¡Enhorabuena, Rosa!
