La guerra está servida. Después de años de silencio, en los últimos meses María José Campanario ha captado toda la atención de los medios como no lo había hecho antes. Y todo, tras explotar contra su mayor enemiga, Belén Esteban. ¿El detonante? Una carta publicada en plena madrugada y en la que la ponía a caldo, lo que podía llegar a provocar la tercera guerra mundial, en palabras de la colaboradora de Sálvame.
Así, empezaba un continuo intercambio de acusaciones entre las dos mujeres que han marcado la vida de Jesulín de Ubrique, al que se le ha llegado a tachar de «calzonazos» por no ser capaz de pronunciarse al respecto o posicionarse. Y la cosa está en su punto más álgido. Tanto, que muy pronto vamos a ser testigos de la reaparición estelar de Campanario en televisión, aunque no en la cadena que todos esperamos… Sigue leyendo, porque en Cotilleo.es te ponemos al tanto de todos los detalles.
El retoque que casi le cuesta la vida a Campanario
> Pero, a pesar de que se ha puesto de moda eso de pasar por quirófano para conseguir el aspecto deseado, algo que cada vez hacen más mujeres y hombres, no hay que olvidar que todo conlleva un riego. De hecho, hay quien ha llegado a perder la vida durante estas intervenciones que pueden parecer sencillas en un principio.
Y, sin no, que se lo digan a Campanario. La mujer de Jesulín se llevaba en 2016 el susto de su vida después de someterse a una carísima intervención estética en el extranjero, con la que pretendía realzar o rellenar su trasero. Un tema que finalmente se quedó en una reacción alérgica a causa de una inyección. «Se enrojeció y se inflamó pero yo aguanté hasta que ya, con fiebre y después de dos inyecciones de corticoides, fui al hospital. La inyección se había infectado con una bacteria de la piel y había tejido necrosado».
Y es que eso la llevó a ser intervenida de urgencia, cuando casi pierde la vida. «Estaba al borde de la septicemia. Me abrieron la herida y drenador, retiraron el tejido y me dejaron colocado el drenaje», explicaba. Algo, que deja claro que a pesar de todo, tanto Campanario como Belén tienen más en común de lo que parece.
